Botánicamente, las semillas de mostaza se obtienen de diferentes plantas, siendo la mostaza blanca Sinapis alba y la mostaza negra Sinapis nigra las que se emplean de manera habitual. Son plantas herbáceas de hasta metro y medio de alto, con flores de color amarillo y frutos que contienen las ...
Botánicamente, las semillas de mostaza se obtienen de diferentes plantas, siendo la mostaza blanca Sinapis alba y la mostaza negra Sinapis nigra las que se emplean de manera habitual. Son plantas herbáceas de hasta metro y medio de alto, con flores de color amarillo y frutos que contienen las semillas esféricas, brillantes y de color en función de la variedad.
En su composición química destacaría la presencia de ácidos grasos insaturados (ácido oleico, linoleico y linolénico que aportan propiedades antioxidantes y antiinflamatorias), aceite esencial (rico en compuestos azufrados), glucósidos, mucílagos, potasio, calcio y vitaminas C y B3.
Entre los beneficios de la mostaza aplicada a nivel tópico destacarían:
1-Activador de la circulación sanguínea. Reduce los problemas de circulación y la pesadez asociados a alteraciones hormonales y menopausia.
2-Analgésico y rubefaciente. Actúa como fuente de calor sobre la zona dolorida, provocando un efecto vasodilatador y aliviando el dolor, aunque puede ser irritante. Los baños de harina de mostaza se emplean para combatir migrañas y dolor motor, de espalda, cervical y el causado por lesiones deportivas como los esguinces, por ejemplo.
3-Antibiótico y antifúngico natural. Los baños de pies ayudan a combatir hongos en las uñas, la planta y los dedos de pies (pie de atleta).
4-Antioxidante. Reduce la oxidación celular.
5-Problemas respiratorios. En cataplasmas, la harina de mostaza se usa para aliviar estados gripales, resfriados, laringitis, faringitis, bronquitis y neumonías leves.
Las formas de aplicación son variadas. En forma de harina, se usa para baños, pediluvios, compresas y cataplasmas. En forma de aceite esencial diluido en aceite vegetal (de almendras, por ejemplo) para baños o friegas que reducen el dolor muscular y reumático. Como aceite vegetal obtenido de sus semillas por presión en frío, para uso tópico en friegas y masajes.
Sería recomendable tener en cuenta una serie de precauciones. De manera general, las semillas de mostaza deben aplicarse a nivel tópico, aunque puede provocar quemazón, dermatitis, irritación, ampollas y úlceras, especialmente sobre pieles sensibles o en personas que presenten alergias a ciertas especias. No se debe aplicar directamente sobre la piel, siendo preferible hacerlo a través de una tela protectora. No se puede aplicar en ningún caso sobre pieles sensibles o irritadas, la piel de bebés o niños ni sobre heridas abiertas o hematomas. Tampoco se debe aplicar sobre partes sensibles del cuerpo, como ojos, labios, orejas o genitales.
Por vía interna las semillas pueden provocar irritaciones gástricas con dolor abdominal, malestar, diarreas, náuseas, vómitos, convulsiones y parada respiratoria. No se recomienda su empleo por vía oral durante el embarazo y la lactancia, ni administrar a niños. Tampoco en diabéticos que siguen un tratamiento con medicación para bajar el azúcar en sangre. Puede presentar interacciones indeseadas con determinados medicamentos, como los antidiabéticos y fármacos para tratar problemas cardíacos.