¿Quién no se ha dejado llevar alguna vez por la pereza? Todos somos víctimas de este llamado pecado capital que conlleva el  aplazamiento de diversas actividades a corto plazo por cualquier motivo válido por nuestra mente.

La pereza es el hábito de retrasar ciertas obligaciones sustituyéndolas por otras actividades más placenteras: ver la tele, dormir, etc. Cuando esta rutina engloba la mayor parte de nuestra vida, estamos absorbidos por la pereza.

La pereza y sus consecuencias

La pereza es un rasgo personal adquirido, la educación es básica, una alta sobreprotección da lugar a emociones relacionadas con la pereza. La gente perezosa no conoce el valor adecuado del esfuerzo, y no son capaces de gestionar una desmotivación preocupante.

Existen varios grados de pereza, no toda acción perezosa conlleva un riesgo personal, la verdaderamente preocupante es aquella que nos impide realizarnos personal y profesionalmente; sentirse incapaz, desmotivado, emocionalmente atado a nuestras decisiones (estoy cansado lo dejo para mañana, llueve mejor otro día) puede llegar a crearnos una insatisfacción personal y baja autoestima arrastrándola toda nuestra vida.

Pasos para controlar la pereza

La pereza es un rasgo común en el ser humano, eliminarlo sería una utopía. En cambio es posible ir minimizando sus consecuencias en nuestra vida diaria, para ello es importante tener en cuenta estos importantes pasos:

1.     Crear objetivos. Un primer paso es eliminar por completo el pensamiento disperso; para ello deberemos de generar una serie de objetivos, dividir la tarea a realizar en pequeños objetivos, para organizar y motivar nuestra mente.

2.     Horarios. Incluye un horario para la realización de determinadas tareas, esto irá amueblando la mente para prepararse y concienciarse del trabajo a realizar.

3.     Satisfacción. Una de las cosas más importantes de vencer la pereza es disfrutar de la satisfacción que produce vencer este sentimiento; de esta manera cuando finalicemos una actividad es beneficioso recompensarnos por ello: pasear, ver la tele, leer etc, se convertirá en algo más sano y útil, pues desaparecerá el sentido de la culpabilidad por no haber acabado nuestros proyectos.

Luchar contra la pereza es una carrera de fondo  en la cual deberemos de ser firmes y constantes. Una vez que interioricemos en nuestra rutina estos pasos combatiremos mucho mejor a la pereza.