Los artículos indiscutibles del trabajo en casa son el escritorio y la silla. La superficie de trabajo deberá de ser lo bastante amplia como para poder colocar el ordenador de sobremesa o portátil y tener espacio de sobra para poder colocar un lapicero, hacer anotaciones en una libreta o instalar una lámpara de mesa. Hay modelos que ya cuentan con cajoneras o estanterías adheridas, por lo que ganan puntos al poder almacenar en ellos libros, agendas, libretas, etc. Para no rayar la mesa puedes optar por coger un protector blanco o de color. Verás que los hay de distintos tamaños en función de lo que quieras situar encima (portátil, ratón, agenda, móvil, teclado, entre otros.) e incluso existen aquellas que funcionan como alfombrillas de ratón gigante. De este modo, podrás prescindir de comprarte una propia para el ratón.

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Tanto si eres más de portátil como de sobremesa, prueba a combinar ambas pantallas para prolongar el espacio de visualización. Así te evitarás tener una colección de pestañas abiertas en un mismo equipo o tener que partir la pantalla para consultar documentos, vídeos o programas mientras tienes abierto un procesador de textos, por ejemplo. Anímate a usar el portátil como una segunda pantalla de tu otro equipo, así contarás con más margen de maniobra a la hora de trabajar, sobre todo cuando tienes que hacer varias tareas en simultáneo. Para que el de menor tamaño esté a una altura de los ojos aceptable, prueba a colocarle un pequeño atril. Saldrás ganando al no tener que estar en una postura incómoda y le vendrá mejor al ordenador a la hora de ventilarse, evitando que se sobrecaliente.

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Pasamos ahora a la silla. Como nos estamos horas y horas sentadas en ella. Debes buscar algo cómodo, ergonómico, a poder ser que permita regularse en altura, que cuente con reposabrazos, que su asiento sea transpirable y que te permita moverte cómodamente por la estancia. Al igual que ocurría con la mesa, encontrarás en el mercado un protector de suelo (transparente, de color o con algún tipo de motivo) que impedirá que lo raye al pasarle por encima con las ruedas. Si careces de alfombra puede ser una solución a tener en cuenta.

Los cables a la vista a veces son un incordio. Pero como los cargadores es algo que utilizamos a diario, combine tener cerca una regleta para poder cargar varios dispositivos en simultáneo. Elige las de color negro, notarás que se manchan menos y combinarán a la perfección con el mobiliario blanco. Para dar sensación de orden y limpieza tienes la opción de escoger un organizador de cables con tapa incluida y abertura para insertar los enchufes, pudiendo ocultarlos en su interior, evitando que queden a la vista, que se ensucien o que te queden enrollados en la silla al moverte. También están los clips adhesivos que se pegan en la mesa o estantería para liberar espacio en la superficie y mantener el cableado ordenado.

Siempre que se pueda aprovecha la luz natural. Ten cuidado con los reflejos de las ventanas en las pantallas porque podrían jugarte malas pasadas para ver correctamente. En caso de tenerlos, regula los estores o las persianas venecianas o cambia el ordenador de sitio para que no te dé directamente. Elige también una lámpara de escritorio, si es regulable en altura y en intensidad mejor que mejor, utilízala en aquellos momentos en los que la natural no sea posible. Otro modelo que también está en auge es el que viene con un cargador para móvil incorporado, por lo que además de proporcionar luz te servirá como punto de carga.

Para mantenerte hidratada durante la jornada, reserva un espacio en tu mesa para colocar una botella de agua o un dispensador de agua. Puedes añadirle unas rodajas de limón a naranja para tener tu propia agua de sabores casera.

La agenda o el planificador de tareas es otro de los complementos idóneos para promover el orden de ideas y actividades a realizar en el día a día. Tienes para dar y tomar: en formato bloc y con hojas desprendibles, en digital, magnético, pizarra, con diseños más austeros o más modernos y con pegatinas incluidas.

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Por último, la decoración y el color también son esenciales para sentirte más motivada en el trabajo. Incorpora pequeñas plantas, alguna lámina en la pared, añade una pizca de color, aunque sólo sea incorporando algún artículo decorativo o algo que vayas a necesitar (manta, cojines, alfombrilla, etc.).

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