Sin embargo, a lo largo del día las personas también llevamos a cabo diferentes actividades y acciones que pueden incidir en la calidad del sueño o en la capacidad para conciliarlo. El trabajo, los estudios, las preocupaciones personales, problemas de salud o la luz azul de las pantallas son solo ...
Sin embargo, a lo largo del día las personas también llevamos a cabo diferentes actividades y acciones que pueden incidir en la calidad del sueño o en la capacidad para conciliarlo. El trabajo, los estudios, las preocupaciones personales, problemas de salud o la luz azul de las pantallas son solo algunas de las razones que influyen a la hora de ir a dormir.
En Kneipp son conocedores de la importancia para la salud de dormir lo suficiente y, sobre todo, de dormir bien. Por eso, te explican algunas de las razones que no te permiten dormir bien para que así puedas ponerle solución y comenzar a mejorar tu calidad del sueño:
En la edad adulta, muchas personas se ven afectadas por el insomnio debido al estrés, la ansiedad y las exigencias de la vida diaria. Para combatirlo, es necesario establecer actividades relajantes durante el día y realizar ejercicio físico.
Es conocido que lo mejor para dormir bien es establecer una buena rutina de sueño, yéndonos a la cama y levantándonos siempre a las mismas horas. Sin embargo, muchas personas se ven afectadas por una alta inestabilidad horaria que no les facilita conciliar el sueño. Esto, unido a que cada vez usamos los dispositivos móviles durante más horas al día y también antes de ir a la cama, puede provocar graves problemas de sueño. Los científicos han demostrado que la luz azul suprime la liberación de melatonina, la hormona que le anuncia al cuerpo que es el instante de dormir.
Diversas enfermedades y trastornos psicológicos pueden influir en la calidad del sueño, como las relacionadas con el corazón, los pulmones, el sistema nervioso, la depresión u otras enfermedades mentales.
Tanto si existe un problema físico como mental, lo ideal es acudir a un médico o un experto que identifique el origen del problema y pueda ayudarte a tratarlo.
El abuso de sustancias como la cafeína, el alcohol o el tabaco pueden hacer que no logremos conciliar el sueño. La moderación, en estos casos será nuestro mejor aliado.
No consumir cafeína en la segunda mitad de nuestra jornada ni alcohol y/o tabaco en las horas previas a acostarnos será fundamental para que nuestro sueño sea más placentero y podamos conciliarlo con mayor facilidad.
La ausencia de luz es un gran estímulo para dormir, por eso es muy importante erradicar cualquier punto de luz de la habitación. Esto, es fundamental para que los ojos se acostumbren a la oscuridad y el cuerpo comience a producir melatonina, que causará somnolencia y bajará la temperatura del cuerpo.
Pero, si hace demasiado calor en la habitación, tu organismo no podrá bajar su temperatura y, por tanto, no podrás dormir. El calor en exceso impide el proceso de enfriamiento que necesita el cuerpo y el cerebro, por lo que la clave es tener la habitación en una temperatura moderada y agradable, sin ser demasiado fría. Los expertos recomiendan que la temperatura ideal está entre los 19 y los 22 grados.
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