La pandemia nos ayudó a valorar lo que teníamos, pero también sirvió para darnos cuenta de lo que estábamos haciendo mal y plantearnos que debíamos hacer para cambiarlo. Los que vivían en bloques de edificios notaron que les faltaba un lugar que les conectara con el exterior (balcones, terrazas, huertos ...
La pandemia nos ayudó a valorar lo que teníamos, pero también sirvió para darnos cuenta de lo que estábamos haciendo mal y plantearnos que debíamos hacer para cambiarlo. Los que vivían en bloques de edificios notaron que les faltaba un lugar que les conectara con el exterior (balcones, terrazas, huertos urbanos, etc.), y que no existían demasiadas zonas verdes en las que poder respirar aire fresco o en las que poder resguardarse en los días que hacía sol. Se sentían asfixiados por el asfalto y el hormigón. Algunos probaron a trasladarse a los alrededores de las ciudades para poder estar en contacto con el campo y volver a recuperar esa paz interior que tanto ansiaban. Otros buscaron el refugio en los jardines, en los paseos por las zonas verdes o en las escapadas de fin de semana a lugares cercanos donde poder reconectar con el entorno natural, practicando actividades al aire libre (andar en bici, montar a caballo, rafting o escalada, etc.). Sin embargo, hay quien le sirvió para plantearse que no estaba alimentándose como debería y que tenía que modificar sus hábitos por unos más sostenibles, apostando por el producto de proximidad y el aprovechamiento culinario para combatir el desperdicio.
¿Y qué tienen que ver los árboles en todo esto? Juntos forman una barrera de protección contra el dióxido de carbono y lo transforman en oxígeno para que podamos respirar. Nos dan cobijo frente a los rayos solares, sirven de guarida para animales e insectos y protegen nuestros suelos de la erosión con sus raíces, así como también cumplen una importante función a la hora de mitigar el ruido ambiental. Con ´Arboretum´, de la editorial Impedimenta, lo que pretenden mostramos es la importancia de preservar los árboles no sólo para nosotros mismos, sino para el medioambiente en su conjunto. Este ejemplar de más de 100 páginas está dividido por una entrada y diferentes salas, como si de un museo de verdad se tratara. El escritor Tony Kirkham y la ilustradora Katie Scott nos reciben en la puerta para darnos la bienvenida y explicarnos las bondades de las plantas. Tras esta primera toma de contacto, el siguiente paso será presentar los distintos bosques que existen y las especies que los componen (bosques templados de coníferas, bosques mediterráneos o bosques lluviosos tropicales, entre otros.). Los textos se acompañan de coloridas ilustraciones, que podrían estar sacadas de un libro de botánica antigua. De este modo, si nos da por hacer una expedición por el bosque podríamos identificarlos rápidamente.
Como bien indican en su avance: "Este es un museo que está abierto a todas horas. En él podremos encontrar una extraordinaria colección de árboles de todo el mundo, desde poderosos robles y altísimas secuoyas hasta árboles milenarios cargados de mitos. La colección también incluye especímenes raros e inusuales...". Esta publicación forma parte de la serie `Visita nuestro Museo´ en la que se incluyen otros característicos ejemplares: `Animalium´, `Botanicum´, `Historium´, `Planetarium´ o `Dinosaurium´, entre otros.
FOTO PRINCIPAL.: Imagen extraída del perfil de Twitter de la editorial Impedimenta.