Cuando tenemos los recursos necesarios para adquirir productos nuevos, debemos de tener un orden a la hora de comprar. Debemos saber cuáles son nuestras prioridades y necesidades y no comprar solo porque hemos visto algo y lo queremos en ese instante. Existe una gran diferencia entre comprar por necesidad, comprarnos de ...
Cuando tenemos los recursos necesarios para adquirir productos nuevos, debemos de tener un orden a la hora de comprar. Debemos saber cuáles son nuestras prioridades y necesidades y no comprar solo porque hemos visto algo y lo queremos en ese instante.
Existe una gran diferencia entre comprar por necesidad, comprarnos de vez en cuando un capricho o comprar siempre cosas que no necesitamos.
La oniomanía o compra compulsiva, se manifiesta precisamente con un deseo desenfrenado por comprar, y es un trastorno psicológico. Suele aparecer en sujetos que padecen trastornos del estado de ánimo o asociarse, entre otros, con baja autoestima y trastornos depresivos.
"Hay personas incapaces de controlar sus impulsos. Habitualmente es el entorno el que detecta con claridad que la persona compra compulsivamente. Este desorden tiene un impacto en todos los aspectos de la vida de la persona y en su entorno personal y social. Este tipo de conductas se tratan de ocultar o normalizar.
Es difícil que quien lo sufre pueda reaccionar o poner límite. Es un tipo de conducta que se intensifica cuando la persona está viviendo situaciones que para ella son importantes, ya sean positivas o negativas. Es fundamental tener en cuenta que se necesita el apoyo de los seres queridos para identificar el problema y ponerle límite, la persona no puede hacerlo por sí misma", explica la psicóloga.
1. - Organización antes de salir a comprar
2. - Mantener los tickets para poder hacer devoluciones
3. - Comentar y consensuar las compras con el entorno cercano
4. - Ir acompañados al salir a comprar - físicamente o a través de internet - por alguien con quien nos sintamos cómodos
"El deseo por lo nuevo e interesante es algo que los humanos necesitamos para llevar una vida satisfactoria.
La dificultad surge cuando en nuestra vida cotidiana esas satisfacciones no están lo suficientemente presentes. La necesidad de bienestar continúa viva. Las ganas de comprar pueden estar señalando que necesitamos la presencia de aspectos que nos resulten estimulantes, que nos den alegría, en nuestro día a día. El objeto deseado que se adquiere nos hace sentir que la vida tiene sentido, durante un periodo de tiempo reducido, pues no suele estar realmente conectado con lo que anhelamos.
Cuando nos sentimos desbordados por las ganas de consumir es útil darse un tiempo y un espacio para conocerse mejor. Así podremos saber cómo llegamos a esa necesidad de consumir y de qué otras necesidades puede que nos estemos distrayendo. Por ejemplo, mantener conversaciones significativas en las que nos sintamos escuchados por las personas a quienes amamos», concluye la psicóloga Inmaculada Vázquez.
Foto principal: Pexels
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