El tradicional cubo de Rubik surgió de la mano de un diseñador y profesor de arquitectura Ernő Rubik en el año 1974, que tras una investigación en la que intentaba dar respuesta a un problema estructural para conseguir que los bloques se moviesen de forma independiente, dio vida sin apenas buscarlo a un rompecabezas que conocemos hoy en día. En 1977 salió al mercado este cubo ensamblado por piezas plásticas y poco tiempo después, en 1980, fue reconocido como el `Mejor Juego del año´. Más adelante se le atribuyó el mérito de ser el juguete más vendido a nivel mundial. Pero habrá que esperar hasta 2019 para que un grupo de investigadores ofrezca las pautas adecuadas para resolver el enigma de una forma más eficiente, empleando para ello los menores movimientos posibles. Con el paso de los años, los científicos realizaron diversas pruebas para dar con una solución que pudiese reducir el número de pasos y establecer un algoritmo de tan sólo 20 movimientos.

Este objeto cuenta con seis caras y cada una de ellas está recubierta de un total de nueve pegatinas de colores (azul, amarillo, rojo, blanco, verde y naranja). El intríngulis está en conseguir que cada una de las partes del objeto luzca la misma tonalidad. Para ello habrá que realizar ciertos giros para conseguirlo. A día de hoy a este primer modelo le han salido sucesores, con forma piramidal, de dodecaedro, cubo de espejos (es del mismo color, pero las piezas son de tamaños distintos), cubo de hiedra (tiene forma de hoja), entre otros.

Primeros pasos

Tras tres prototipos y varios premios a las espaldas, el ingeniero y programador Ilya Osipov y junto con mi hijo Savva crearon el Wowcube. Una herramienta interactiva que consta de 24 pantallas de vidrio con esquinas redondeadas, 8 procesadores y 8 altavoces. Asimismo, desde la web apuntan que "cada módulo es un dispositivo independiente con tres pantallas de alta resolución y una CPU en su interior". Al igual que ocurre con el icónico cubo de Rubik, el consumidor tiene que girar la estructura cúbica para dar con la solución, pero en esta nueva versión en algunos casos se requerirá que este pulse, incline o sacuda la pieza. Este se une mediante conectores magnéticos. A diferencia del anterior, aquí no hay colores y cada cara se divide en cuatro partes. En cada una de ellas se ejecuta el mismo juego que se reproduce en simultáneo a lo largo del conjunto y el personaje u objeto que se visualiza se va moviendo a lo largo de todo el cubo. Se pueden llegar a instalar entre 24 y 36 juegos. Pero este dispositivo no sólo está pensado para los más pequeños, para que mejoren su motricidad y expandan su conocimiento, sino que también puede ser utilizado por adultos. Como bien explican en su página web, este revolucionario juego interactivo "fue reconocido como uno de `Los 100 mejores inventos de 2021´ por la revista Time y en 2020 obtuvo el premio Edison a los mejores productos nuevos". Es importante resaltar que "está certificado por STEM como un gadget educativo y también sirve como herramienta de alivio del estrés que tiene un impacto positivo en el desarrollo de las habilidades motoras, la diversión cognitiva y el pensamiento tridimensional".

Wowcube.

Además, en sus caras se pueden visualizar widgets (hora, calendario, tiempo, o incluso visualizar las fotografías de Instagram en la propia figura, así como también permite estar al tanto de las notificaciones de correo electrónico, WhatsApp, etc.). Este producto puede "colocarse en la base de carga para conectarse con el smartphone a través de Bluetooth", aseguran. Funciona como lámpara ambiental decorativa. Entre los accesorios más llamativos destacan: estuche, paño de limpieza, estación de carga, kit de reparación, fundas. Cuenta con una autonomía para 5 horas. Por otra parte, se ofrece un kit para desarrolladores para que estos compartan su conocimiento participando en la creación de software o aportando juegos y aplicaciones.

Wowcube.

FOTO PRINCIPAL.: Wowcube.