Si te falta equilibrio, es posible que te pongas demasiado nerviosa o ansiosa por el resultado de una situación y pierdas de vista tu objetivo. Hoy vamos a hablar de varias formas en las que puedes mantener el equilibrio y no dejar que tus pensamientos y sentimientos ansiosos perjudiquen tu ...
Si te falta equilibrio, es posible que te pongas demasiado nerviosa o ansiosa por el resultado de una situación y pierdas de vista tu objetivo. Hoy vamos a hablar de varias formas en las que puedes mantener el equilibrio y no dejar que tus pensamientos y sentimientos ansiosos perjudiquen tu rendimiento.
El aplomo es la capacidad de mantener la calma en situaciones difíciles y mantener tu ecuanimidad. Es importante tener aplomo bajo presión y situaciones desafiantes, que muchos de nosotros no tenemos.
Si te notas demasiado nerviosa y comienzas a respirar rápidamente, uno de los primeros pasos para mantener tu equilibrio y ecuanimidad es regular consciente e intencionalmente tu respiración. Cuando estás ansiosa y bajo presión, tu respiración tiende a ser rápida y desigual. En el momento en que exhalamos, estamos expulsando nuestra ansiedad y nerviosismo de nuestro cuerpo.
Cuando respiramos consciente e intencionalmente, podemos reducir nuestros niveles de estrés y ansiedad. Muchas personas encuentran que si hacen una pausa y respiran profundamente, pueden calmarse y volver a su nivel normal de equilibrio.
Muchas de nosotras nos ponemos con ansiedad cuando hablamos en reuniones o hacemos presentaciones. Es posible que te encuentres hablando demasiado rápido, apresurándote a través de tus palabras o diciendo cosas atropelladas y mal; pierdes tu hilo de pensamiento sin estar segura de lo que realmente estás tratando de decir.
Disminuye la velocidad, mantén el ritmo y no tengas miedo de sonar o quedar mal. Puede que apresures tus palabras y no estés segura de lo que estás diciendo, pero no suenas tonta o estúpida. Respira, haz una pausa y asegúrate de que realmente estás diciendo lo que quiere decir.
El éxito es relativo y no tiene sentido preocuparse por lo que podría suceder si no tienes éxito. Lo único que puedes hacer es esforzarte y dejar que el resultado se desarrolle y fluya solo. Pero, ¿qué pasa si durante tu presentación comienzas a preocuparte por el resultado?
¡Visualízate como si ya fueras exitosa! ¿Cómo sería el éxito para ti? ¿Cómo se sentiría el éxito? Una vez que te hayas visualizado a ti misma exitosa, te resultará más fácil mantener la calma y la serenidad.
Muchas de nosotras tendemos a ponernos demasiado ansiosas sin darnos cuenta. Puede que estés respirando demasiado rápido, sudando o temblando. Todas estas son señales físicas de que podrías estar demasiado ansiosa.
Prueba a estirar o frotar suavemente tus músculos para romper la acumulación de tensión. Ser consciente de las señales físicas de tu cuerpo puede ayudarte a mantener tu equilibrio. Si estás temblando, puedes tratar de romper la acumulación de tensión frotando suavemente tus músculos. Si estás respirando demasiado rápido, puedes tomarte unos momentos para respirar lentamente y con calma.
Foto principal: Pexels, gracias a Andrea piacquadio