La industria de la moda es una de las más contaminantes del planeta. No solo en su producción, si no en el uso posterior que se hace de ella. Según datos de la Comisión Europea, cada europeo tira una media de 11 kilos de productos textiles al año. Algo excesivo a lo que Bruselas quiere poner freno, con una Ley de Residuos y Suelos Contaminados, para fomentar una economía circular, que obligue a que los residuos textiles se recojan de forma separada antes de 2025.

Ante ello, un grupo de grandes empresas, formadas por Inditex, Mango, Tendam, H&M, Kiabi, Descathlon e Ikea han creado la Asociación para la Gestión del Residuo Textil en España, con el objetivo de gestionar los residuos textiles y de calzado que se generen en el mercado español, a través de lo que se conoce como un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada (SCRAP).

Un objetivo complicado

Su tarea no será nada fácil, si se tiene en cuenta que el sector de la moda debería cambiar por completo su concepto, donde prima el fast fashion. La moda de usar y tirar, que estas mismas marcas han venido promoviendo desde su creación, deberán cambiar hacia la fabricación de piezas más resistentes y duraderas, alejadas de los materiales sintéticos baratos que se utilizan actualmente y que hacen que las prendas apenas duren una temporada.

Asimismo, deberán apostar por evitar mezclas de materiales que dificultan su reciclaje. Así como promover la recogida de prendas usadas para darle un nuevo uso, evitando que acaben en el vertedero o sean incineradas.

Con la creación de la Asociación para la Gestión del Residuo Textil en España, las firmas que lo componen quieren dar un impulso colectivo al reciclaje textil, en busca de una economía más circular que tenga una correcta gestión de sus residuos. Al tiempo que se adelantan a los posibles cambios que desde las Comunidad Europea quieren legislar entorno a la gestión de estos residuos textiles que contaminan tanto a nuestro planeta.

Presidencia de Mango

La asociación nace bajo la presidencia de la firma catalana Mango, pero su cargo será rotativo entre los representantes de las empresas que la han creado.

La Asociación para la Gestión del Residuo Textil en España no será, ni mucho menos, la solución a un grave problema que se lleva arrastrando desde que se creó el concepto de fast fashion, en el que cada poco tiempo se lanzan nuevas colecciones. Sin embargo, sí que es un primer paso hacia una minimización del problema.

El hecho que grandes firmas del sector sean las precursoras de la asociación augura que otros fabricantes más pequeños también se pongan manos a la obra hacia la creación de una moda más sostenible, amigable con el planeta.