En este sentido, los puzles son unos juegos con los que los niños no sólo pueden pasar un buen rato de ocio, sino que también son perfectos para que, en función de su edad, desarrollen diversas capacidades y habilidades.
Alejandra Danés, colaboradora de Colorbabyy profesora de educación infantil y primaria en el Colegio Quercus, detalla qué aportan los puzles en el desarrollo de los niños y nos da unas pautas sobre los diferentes tipos de puzles que existen y qué debemos tener en cuenta a la hora de comprar uno, ya sea por las temáticas, número de piezas, materiales o edad del niño.
Cómo debemos elegir los puzles en función de la edad
- Los puzles ayudan a trabajar la memoria visual y la atención.
Cuando un niño tiene que hacer un puzle no sólo debe acordarse del dibujo que tiene que componer, sino que además debe ser capaz de reconocer las piezasy prestar atención a los detalles. Para completarlo correctamente son necesarias la agudeza visual y mental para encontrar las pequeñas diferencias en los colores o formas que presenta la imagen.
Además de trabajar su concentración y memoria visual, puede inclusoestar cuidando su salud futura ya que mantienen la mente ágil.
- Ayudan a desarrollar la perseverancia e incrementan la tolerancia a la frustración.
Hacer un puzle no es siempre fácil e incluso muchas veces nos exige, tanto a niños como a adultos, poner en práctica grandes dosis de paciencia para no ceder ante el desánimo y el hecho de no conseguir encajar una pieza o de no encontrar la que necesitamos. No sólo paciencia, también constancia y concentración, sobre todo cuando se encuentran dificultades y el primer pensamiento puede ser dejar el puzle para otro día. Ejercitando esas virtudes el niño conseguirá, poco a poco, incrementar su tolerancia a la frustración y aceptar que las cosas, muchas veces, no se consiguen a la primera.
- Activan el pensamiento lógico y promueven la capacidad de análisis de los niños.
Paramontar un puzlees necesarioestudiar las posibles formas de encajar una pieza, es decir, planificar y seguir una estrategia de resolución.Con este paso que de entrada parece algo simple, se activa el pensamiento y el razonamiento lógico.
- Mejoran la motricidad finay la visión espacial.
Coger las piezas y colocarlas en su lugar estimula la coordinación ojo-mano y ayuda a los niños a que, a través del juego, hagan la pinza con los dedos pulgar e índice. Además, un niño que de forma habitual hace puzles adquiere una mayor sensibilidad para trabajar mentalmente con formas y figuras.
- Los puzles relajan y mejoran la autoestima de los niños.
Un puzle adecuado a la edad del niño no sólo es una actividad terapéutica que relaja, sino que además es una herramienta estupenda para mejorar su autoestima. Y es que, una vez que el puzle está ya montado, el niño experimenta una gran satisfacción al ver que ha logrado el objetivo.Este sentimiento de orgullo y superación le hará sentirse capaz de hacer otras cosas.
- Fomentan las habilidades sociales y de cooperación.
Montar puzzles en familia es una oportunidad para involucrarse en las actividades de los niños y fortalecer los vínculos familiares. Al realizar puzles con amigos o familiares, es necesario comunicarse y cooperar para alcanzar un objetivo común, fomentando así la socialización y el trabajo en equipo.
Desde que John Spilsbury inventó el primer rompecabezas en 1760 (un mapa con el cual se enseñaba geografía a los niños) los puzles han evolucionado tanto en materiales como en formatos, existiendo actualmente una gran variedad que se adapta a todos los gustos y edades.
Un factor importante a tener en cuenta es el material con el cual están fabricados. Podemos encontrar puzles de plástico, tela, espuma (como las alfombras troqueladas), cartón, magnéticos, de metal, imprimibles… Si bien la madera es el material estrella de los puzles para niños de corta edad, por ser un material cálido, resistente (no se rompe tan fácilmente como el cartón) y que se encuentra en la naturaleza.
Reseñar también que existen muchas opciones de compra de puzles fabricados con principios ecológicos (materiales sostenibles, madera reciclada, tintes vegetales, etc.) y de comercio justo (fair trade).