La frustración va a estar presente en tu vida, desde su inicio. En la infancia, los padres no quieren ver a sus hijos tristes o enfadados e intentan protegerlos de cualquier situación que pueda provocarles frustración, dolor o tristeza. Esta actitud, cuando se convierte en una protección excesiva e ilimitada, ...
La frustración va a estar presente en tu vida, desde su inicio. En la infancia, los padres no quieren ver a sus hijos tristes o enfadados e intentan protegerlos de cualquier situación que pueda provocarles frustración, dolor o tristeza. Esta actitud, cuando se convierte en una protección excesiva e ilimitada, puede ser contraproducente. Los niños necesitan enfrentarse a las negativas porque, conseguir todo lo que desean de manera inmediata, les impide aprender a tolerar la frustración, convirtiéndoles en adultos sin resistencia a los problemas que acompañan a cualquier vida normal.
Ver a un niño tirado en el suelo pataleando porque no le han comprado un helado resulta llamativo. Está expresando inadecuadamente su frustración. Numerosos expertos indican que no se recomienda evitar que el niño sienta frustración, lo importante es enseñarle a resistirla, que aprenda a afrontar las situaciones que la generan y adquieran herramientas para sobreponerse sin regodearse en emociones negativas o reaccionar con conductas inadecuadas e impulsivas.
Los especialistas en conducta señalan que, para tolerar la frustración, sería recomendable:
1-Permitir que se presente la frustración
Tener siempre todo lo que uno desea de manera inmediata es imposible. Cuando la realidad es contraria a lo que se desea, aparece la frustración. Es necesario reconocerla, identificar de dónde surge y buscar una solución. Si vivimos bajo un paraguas protector en el que no se permite que aparezca, es imposible aprender a tolerarla.
2-Buscar una solución
Cuando te sientas frustrada porque las cosas no salen como hubieras deseado, el enfado y la ira no son la solución idónea para resolverlo. El problema planteado debe ser resuelto desde el análisis racional, no desde la liberación de una emoción negativa (o varias). Seguro que tienes las herramientas adecuadas para conseguirlo porque te habrás enfrentado a algo similar en otro momento de tu vida.
3-Sentirte independiente y autónoma
Es tu vida y tú decides. Puedes necesitar una ayuda o apoyo momentáneo para resolver el problema que te aflige, pero eres la única que puede elegir.
4-Confiar en ti misma
Es fundamental para no perder tu autoestima. Cuando te sientes capaz de resolver los problemas y buscar las soluciones adecuadas, te resultará más sencillo afrontarlos. Reconocer tus capacidades e incapacidades y valorarlas en justicia es fundamental. Es posible que te enfrentes a situaciones que escapan a tu control o superan tu capacidad real y, para solucionarlo, puedes pedir ayuda a las personas que te rodean sin perder la confianza en ti misma.
5-Aumentar tu paciencia
Es importante entender que esperar para conseguir algo, aunque te genere frustración, puede proporcionarte una recompensa mayor que si actúas de manera impulsiva, agresiva y descontrolada.