Iván Martín
El síndrome de Napoleón es un complejo que, según diversos estudios, afecta a las personas de estatura baja.
La mente humana es, sin duda alguna, el gran desconocido del ser humano; apenas se conoce un mínimo porcentaje de lo que es capaz de hacer el ser humano con su mente. El mundo de las emociones es también un complejo contexto en el que salen a la luz numerosos trastornos, ...
La mente humana es, sin duda alguna, el gran desconocido del ser humano; apenas se conoce un mínimo porcentaje de lo que es capaz de hacer el ser humano con su mente.
El mundo de las emociones es también un complejo contexto en el que salen a la luz numerosos trastornos, miedos, complejos y síndromes. Algunos están medicamente diagnosticados otros, en cambio, son fruto de numerosos estudios para esclarecer si los resultados obtenidos pueden ser válidos para darle un nombre oficial.
Uno de esos síndromes es el llamado Síndrome de Napoleón o complejo napoleónico que, hasta el momento, no se ha llegado a una conclusión sobre su validez.
¿Qué es el Síndrome de Napoleón?
El síndrome de Napoleón se refiere al complejo de inferioridad que, las personas de estatura baja, poseen debido a su altura, equilibrando esta incomodidad física con una tendencia a la agresividad y el autoritarismo.
Toma el nombre de Napoleón al definir la personalidad de este personaje histórico, la teoría de dicho síndrome; un hombre bajito (no llegaba a 1,70) pero con una fuerte personalidad, violencia e inflexibilidad.
No esta considerado como un trastorno mental pero si está contemplado dentro de los factores diferenciadores despectivos sociales. Comienza en la niñez cuando una baja estatura responde a un rol social más bajo que el resto del grupo.
El sentimiento de inferioridad como elemento diferenciador respecto al entorno social, ocasiona un efecto rebote desprendiendo una serie de características en la personalidad:
· Frustración. La permanente sensación de no tener lo que se desea, ni la capacidad de poder conseguirlo alguna vez.
· Agresividad. Muchas respuestas emocionales frente a los complejos de inferioridad responden a la agresividad, dibujando un perfil violento que enmascara los miedos.
· Ira. Va de la mano de la frustración, esta emoción agrava los estados de irritabilidad, al sentirnos incomodos y no reconocidos por el contexto social.
· Inseguridad. No poseen mucha seguridad en sí mismos, pero de cara al resto del mundo actúan con gran determinación.
Es importante decir que es un síndrome no diagnosticado, basado en la observación y estudio por parte de universidades. La baja estatura no debería de fomentar ninguna emoción tóxica.