Si deseas perder peso y adelgazar saludablemente debes hablar con un médico y es imprescindible visitar a un especialista. Es preciso realizar un chequeo preliminar para descartar problemas de salud concomitantes y un estudio de hábitos dietéticos, actividad diaria, metabolismo basal y composición corporal que le permitirán trazar una dieta ...
Si deseas perder peso y adelgazar saludablemente debes hablar con un médico y es imprescindible visitar a un especialista. Es preciso realizar un chequeo preliminar para descartar problemas de salud concomitantes y un estudio de hábitos dietéticos, actividad diaria, metabolismo basal y composición corporal que le permitirán trazar una dieta personalizada y adaptar a tu caso el ejercicio físico más adecuado.
Es más fácil de lo que crees reconocer una dieta "milagro". Hay tres ideas fundamentales:
-es imposible perder varios quilos en pocas semanas, por lo que reconocerás una si promete perder peso muy rápido, sin esfuerzo, de manera segura y sin riesgo para la salud,
-hace recomendaciones dietéticas sin fundamento científico y con efectos secundarios negativos (déficit de vitaminas y minerales, alteraciones metabólicas, y, en casos extremos, anorexia o bulimia).
-al dejarlas se produce un efecto rebote, adquiriéndose incluso más quilos de los que has perdido.
En la página web de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria encontrarás información acerca de los peligros de utilizar estas dietas sin control. Además, las "clasifica" en tres grupos:
1- Disociativas, en las que se separan los alimentos en función de una supuesta inadecuada combinación para la digestión en el estómago que sería lo que engorda y debe ser evitado. La más famosa es la dieta de Hay, que incide en no consumir conjuntamente proteínas e hidratos de carbono (quedaría prohibido, por ejemplo, comer un filete de pollo con patatas o pasta con atún y tomate). Elimina alimentos como la leche, la fruta, muchas verduras fundamentales y el pan, entre otros.
2- Excluyentes, en las que se eliminan absolutamente ciertos nutrientes (lípidos, proteínas y/o hidratos de carbono) porque se considera que engordan. Aquí se encuadra la dieta de Atkins, que propugna un consumo abusivo de proteínas (hasta el 90% de la ingesta), una baja ingesta de hidratos de carbono y elimina pan, harina, leche y legumbres. Los efectos del exceso de proteínas y sus metabolitos son numerosos y deben evitarse.
3- Hipocalóricas, en las que se reduce la cantidad de calorías ingeridas mediante un importante desequilibrio nutricional. A este grupo pertenece la dieta de la manzana, por ejemplo, ya que suelen recomendar el consumo de uno o varios alimentos descartando otros imprescindibles y promueven, por ejemplo, alimentarse con un único tipo de fruta durante días (normalmente, manzana o pomelo).
Este tipo de dietas, con diferentes nombres y combinaciones, se han puesto de moda, pero ni son eficaces, ni inocuas, ni adecuadas. Además, cuando dejes de seguirlas, se presentará un efecto rebote que te devolverá a la situación previa (o con un peso superior del que tenías inicialmente) y con problemas nutricionales añadidos (que es posible necesiten un tratamiento específico).