Existe en el mercado una amplia oferta de actividades para bebés y niños que se adapta a todos los horarios y deseos, especialmente de los padres, porque los niños no suelen opinar. Estas actividades extraescolares están pensadas para niños que han pasado ya varias horas en el centro escolar, que las realizan al salir de clase y que al llegar a casa tienen que pasar cierto tiempo haciendo las tareas pautadas por sus profesores.

Los expertos señalan que realizar demasiadas actividades y disfrutar de poco tiempo para disfrutar del juego libre, se ha convertido en un problema para los niños que debemos analizar y modificar. Se ha comprobado que, para que un niño pequeño desarrolle todas sus capacidades, necesita tiempo para dedicarse al juego libre. No te preocupes pensando que se puede aburrir. El aburrimiento también les viene bien si lo emplean en buscar nuevas opciones para entretenerse por sí mismos.

El problema de las actividades extraescolares se relaciona con hacerlas en exceso porque genera en los niños cansancio y reducen el tiempo que pueden dedicar al juego libre, hasta hacerlo inexistente. Los niños reciben muchos estímulos en algunos aspectos (como a nivel verbal con los idiomas, por ejemplo), pero no los reciben en otros (todo está regulado y no suele existir la improvisación) por lo que se reduce su curiosidad, autonomía, exploración natural no dirigida, imaginación y capacidad creativa.

Además, la realización de actividades extraescolares excesivas y la falta de tiempo para el juego libre, pueden ocasionar en los niños angustia, agobio, ansiedad y depresión. Los efectos negativos de este exceso de actividades se perciben especialmente cuando los niños crecen. Es a partir delos 7 años cuando los padres se dan cuenta de que sus hijos carecen de autonomía, se han vuelto muy competitivos, dependen de lo que diga el adulto o que solo se divierten a través de una pantalla.

Las ventajas del juego libre son numerosas. Permite que el niño aprenda a interactuar en su medio, puede aplicar sus propias reglas, dispone de sus necesarios tiempos de ejecución, ejerce sus habilidades personales y encuentra y reconoce sus limitaciones, buscando opciones alternativas para poder superarlas. Con esta actividad de juego libre, se irán desarrollando y potenciando todas sus capacidades de forma natural, sin intervenciones externas que lo perturben y limiten.

Los adultos pueden ayudarle sin entrometerse aportando un espacio seguro donde el niño pueda jugar libremente y materiales sencillos y poco definidos para que el niño sea el protagonista absoluto de lo que va haciendo. Los niños pueden inventar sus propios juegos con objetos tan simples como un palo o unas pinzas de tender la ropa, lo que potencia su imaginación, creatividad, fantasía y simbolización.