Los expertos recomiendan que, para mantener tu salud bajo el sol, es preciso recordar que:

1-A nivel nutricional, se recomienda el consumo de compuestos de interés cuya interacción con los fotoprotectores potencia los beneficios mutuamente. Betacaroteno, flavonoides, licopeno, vitaminas (E, C y B), ácidos grasos omega-3 y minerales (azufre, selenio, manganeso y zinc, entre otros) resultan adecuados y se encuentran en alimentos de consumo habitual como tomates, zanahorias, melocotones, naranjas, frutos secos, lácteos, pescados y brécol, entre otros. Si deseas broncearte cuidando la piel, sería aconsejable que no falten en tu menú diario.

2-Realizar una correcta hidratación interna y externamente, pues mantener un equilibrio hídrico es fundamental. La hidratación es imprescindible para mantener la piel en perfecto estado y, además de aportarla en forma de cremas, debemos ingerirla de manera adecuada. Las elevadas temperaturas hacen imprescindible que nos hidratemos bebiendo, aunque no sintamos sed y estar pendientes de niños y ancianos para evitar que se deshidraten. Puedes tomarla directamente (agua del grifo o embotellada con o sin gas), en zumos naturales (los envasados mejor sin azúcares añadidos) e infusiones, por ejemplo. También puedes aprovechar las ventajas de los caldos vegetales, el salmorejo o el gazpacho porque contienen vitaminas y minerales de gran interés nutricional o caldos de carnes ricos además en proteínas.

3-A pesar de que los expertos recomiendan protección solar durante todo el año, nos olvidamos cuando queremos broncearnos rápidamente. No caigas en ese error, pues es imprescindible para prevenir el envejecimiento cutáneo y otros problemas de la piel, según señalan diferentes estudios científicos. Además, cuando tomamos el sol, la piel se deshidrata y se forman manchas y aparece la descamación dérmica. Para evitarlo es necesario usar un protector solar e hidratarse adecuadamente por dentro y por fuera.

4-Utiliza un fotoprotector adecuado. Pregunta a un especialista y sigue sus indicaciones porque cada piel necesita cubrir sus especificidades. De manera general, deberías optar por un fotoprotector con factor elevado, extender una cantidad adecuada, extremar las precauciones en zonas sensibles (cara, cuello, calva y orejas, especialmente), ponerlo media hora antes de la exposición al sol y repetir la aplicación a menudo sin esperar a notar molestias en la piel.

5-La ingesta de productos naturales que actúan desde el interior del organismo y son eficaces para retrasar el envejecimiento cutáneo, mejorar el bronceado y minimizar los daños producidos por el sol y los rayos ultravioletas puede reforzar la acción de las cremas solares para proteger la piel de la agresión solar. No son inocuos. Consulta su consumo a tu médico.

Se recomienda una atención especial a los niños porque su piel es muy sensible. Es recomendable ponerles crema de protección solar, gorras, gafas y camiseta, procurando que pasen mucho tiempo bajo la sombrilla.