La sostenibilidad ya no es algo anecdótico. Todos los sectores se han puesto las pilas por el bien del planeta. Y, aunque en algunos casos los avances son pequeños, indican la buena predisposición de las empresas en pos de este factor. Una sostenibilidad que también ha llegado al mundo de la perfumería. Muestra de ello es la última creación de Gucci, Where my heart beats. Una fragancia realizada con alcohol fabricado a partir de emisiones de carbono 100% recicladas.

Se trata de un proceso de fabricación de alcohol mucho más sostenible que el habitual, ya que contribuye a la reducción del consumo de agua y de tierras agrícolas, en comparación con los métodos tradicionales de producción. Las emisiones de carbono se transforman en alcohol lo suficientemente puro para su uso en un perfume.

Pertenece a la colección Alchemist´s Garden

Where my heart beats es una fragancia que forma parte de la colección The Alchemist´s Garden de la firma italiana. Esa colección de perfumes que están diseñados para combinarse entre sí, cambiarse e intensificar su carácter cuando se mezclan entre ellas.

Where my heart beats es una fragancia ligera y floral, que huele a peonía blanca, con acordes de violeta y notas de almizcle blanco. Un perfume, creado por el maestro perfumista Alberto Morillas, en el que las notas de almizcle blanco se han creado a partir de moléculas de gran calidad, creadas por pioneros en este campo tras 80 años de investigación.

La nueva fragancia de Gucci se inspira en un ramo de flores con mariposas alrededor. Unas mariposas que también aparecen en su frasco, como símbolo de la libertad y la creatividad, y como uno de los emblemas característicos de la firma italiana.

Packaging blanco opaco

El frasco que la contiene es de vidrio blanco opaco, lacado dorado, con follaje de oro rosa en forma de corazón, en el que también aparece la mariposa y un lazo verde en la base. El logo de Gucci también aparece en su etiqueta, así como el nombre tan bucólico de la fragancia, Where my heart beats (Donde late mi corazón). La botella va envuelta en una bolsa blanca y rematada con una caja del mismo color.

Se trata de una fragancia unisex, que abre paso a que la sostenibilidad se aplique también en el mundo del a perfumería. No solo en su packaging o en los envases rellenables, sino en su fabricación. Esperemos que sea un ejemplo a seguir y otras marcas se sumen a crear perfumes más sostenibles.