Es fundamental conocer nuestro fototipo, incluso para pasear al sol de manera segura, pues los efectos nocivos de la radiación no se producen únicamente al tumbarnos en la arena de la playa. Podemos clasificarlos en seis:

Fototipo 1: característico de personas de piel muy blanca, ojos azules, pecas y pelo rubio-rojizo. Suelen sufrir eritema (granitos de color rojo muy picantes por todo el cuerpo al ser sometido a los rayos solares). Se queman y nunca se broncean. Sufren fotoenvejecimiento intenso y de inicio temprano.

Fototipo 2: personas de piel blanca, ojos azules o verdes, pecas claras y pelo rubio o castaño claro. Pueden sufrir eritema, se broncean mínimamente y suelen quemarse.

Fototipo 3: personas de piel blanca, ojos marrones, pecas escasas y pelo castaño o trigueño. No suelen sufrir eritema, se broncean poco y a veces se queman.

Fototipo 4: personas de piel más pigmentada, ojos marrones o negros, no suelen tener pecas y su pelo es más oscuro. No sufren eritema, su bronceado es moderado y raramente se queman.

Fototipo 5: personas de piel morena, ojos marrones o negros, sin pecas y pelo oscuro. No se queman, no padecen eritema y se broncean intensamente.

Fototipo 6: personas de tez morena o negra, de ojos y pelo normalmente negros. No se queman nunca y su "bronceado" es marrón oscuro o negro.

Cada grupo necesita diferentes cuidados, aunque los especialistas animan a utilizar, en general, un factor de protección solar muy elevado:

-Los del 1 y el 2 al aire libre el factor de protección (SPF) debe ser superior a 30, evitando una excesiva exposición desde pequeños y durante toda la vida.

-Los del 3 se aplicarán cremas con SPF de 20.

-Los del 4 necesitan SPF como mínimo de 15.

-Los del 5 y el 6 necesitan un SPF de 10.

Es necesaria su utilización racional, pues es mejor broncearse lentamente que someterse a un exceso de radiación. Los fotoprotectores han evolucionado, resultan agradables de aplicar y presentan muchas ventajas:

-Los estudios demuestran que su correcta aplicación reduce los problemas asociados al exceso de radiación.

-Los laboratorios incluyen en su formulación un excipiente (que facilita su distribución y lo hace resistente al agua) y principios activos (que actúan como filtros solares y con propiedades antioxidantes, nutritivas, etc.)

-Contiene conservantes, colorantes y perfumes que no causan reacciones alérgicas.

-Sus propiedades químicas permiten su comercialización en forma de cremas, lociones, geles, sprays, etc.

-Deben ser aplicados media hora antes de la exposición, para que sus efectos sean adecuados.

Consulta a un especialista sanitario (médico o farmacéutico) que indicará tu fototipo y el fotoprotector más conveniente para ti. También puedes consultar la compatibilidad del sol con ciertos medicamentos fotosensibles (como los antibióticos o algunos antidepresivos) y la necesidad de cubrir cicatrices y lunares para evitar la aparición de manchas solares.