La psoriasis afecta al 2 o 3% de la población mundial y la artritis psoriásica afecta al 30% de los pacientes de este grupo. La edad de manifestación es la cuarta década de la vida. La prevalencia global de psoriasis varía entre 0.51 y 11.43% en adultos, y entre 0 y 1.37% en niños. Los mayores porcentajes se presentan en poblaciones europeas y países con tasas altas de acceso a servicios de salud y se estima que aproximadamente el 20-25% de éstos padecen artritis psoriásica. La prevalencia de artritis psoriásica entre hombres y mujeres es similar y conduce a incapacidad física y laboral, que puede afectar la vida diaria del paciente.

La psoriasis y la artritis psoriásica se asocian a diversas patologías, como obesidad, síndrome metabólico, diabetes, hipertensión arterial, daño cardiovascular, enfermedad inflamatoria intestinal, ansiedad y depresión.

El diagnóstico debe hacerlo el médico y, conocerlo, cambia la vida de quienes padecen artritis psoriásica por lo que la acomodación a la nueva situación debe comenzar lo más tempranamente posible. Los pacientes necesitan adaptarse a la nueva realidad mediante el aumento de la resiliencia y utilizando las herramientas de afrontamiento adecuadas para convivir con esta enfermedad.

El objetivo principal del tratamiento de la artritis psoriásica es aliviar los síntomas articulares al obtener la remisión y evitar la progresión radiológica de la enfermedad, con lo que mejora la calidad de vida de los afectados. A menudo, la falta de información sobre el posible desarrollo, pronóstico y evolución de la patología genera incertidumbre en el paciente retrasando la aclimatación a su nueva situación, perjudicando notablemente su salud y reduciendo su calidad de vida.

Es importante destacar que:

1-Los pacientes con artritis psoriásica que acuden a consultas de reumatología presentan síntomas de ansiedad y depresión en una elevada proporción, considerándose que la depresión y la ansiedad son comorbilidades que ocurren con mayor frecuencia entre los pacientes con artritis psoriásica en comparación con los que únicamente padecen psoriasis.

2-Aunque los estresores de la vida diaria desempeñan un papel importante en la salud y el bienestar de las personas, pues pueden conducir a trastornos psiquiátricos, como sucede en los enfermos de artritis psoriásica, algunas personas muestran resiliencia frente al estrés, lo que se considera un factor clave para la prevención y recuperación de los trastornos mentales.

3-No todos los pacientes reaccionan de la misma manera ante la enfermedad. Se ha señalado que las estrategias de afrontamiento que el enfermo despliega pueden explicar estas diferencias en el ajuste ante la adversidad. La forma en que el paciente afronta o se ajusta a su patología resulta básica para entender esta variabilidad, les ayuda a funcionar correctamente con su enfermedad y mantener una buena calidad de vida.