Ramona tiene cuarenta años, vive en un pueblo costero gallego y trabaja de lo que haga falta para salir adelante. Combina su labor como limpiadora y echa una mano para descargar el mejillón de un barco de pesca. El camino que tendrá que transitar para lograr su objetivo es más uno de espinas que de rosas porque las condiciones laborales son bastante precarias y su salud se acaba resintiendo. Tiene una hija llamada Estrella que es la razón y el motor por el cual continúa luchando para ayudarle a labrarse un lugar en el mundo. Su marido Andrés tampoco será de gran ayuda, cuenta con una adicción importante al alcohol y el trato que recibe de su parte es bastante desagradable.

Está dirigida por Álvaro Gago Díaz y fue rodada en la comarca de O Salnés (Pontevedra). Antes de dar vida a este filme, realizó un cortometraje predecesor que supuso un hilo del que tirar para rodar una versión más extendida. Cuando vemos en pantalla esta película de 90 minutos de duración no somos capaces ni de pestañear con lo que estamos viendo, ya que te atrapa hasta tal punto que te sientes de alguna forma parte de lo que te están contando y transmitiendo. Quien más o quien menos tiene una abuela, una madre o una tía sobre la que ha caído todo el peso familiar, casi sin apenas quererlo y cuyo nivel de exigencia a lo que se ve expuesta sobrepasa los límites de lo humano, teniendo que tragarse todo para sus adentros, aunque esto le acabe pasando factura a largo o corto plazo. Pero también nos podemos sentir identificadas con la precariedad, la discriminación, las ganas de intentarlo y que acabe saliendo del revés, o de buscar esa liberación y poder volver a sonreír. Y todo ello a través de la cercanía, a través de unos planos que nos hacen sentir más cerca del personaje protagonista, llegando a compartir su dolor y sus preocupaciones. Al mismo tiempo está inspirada en la vida personal de Francisca Iglesias, una mujer fuerte y luchadora, que tuvo que enfrentarse al mundo con capa y espada, pero aun así no fue suficiente para que pudiese ser reconocida y valorada como de verdad se merecía.

La actriz que está detrás es María Vázquez y su interpretación en esta película le ha llevado a conseguir un galardón en el Festival de Málaga. El largometraje fue estrenado en la Berlinale y obtuvo una caluroso recibimiento por parte de los asistentes. Y el corto que la precede, que también está titulado de la misma manera, ha obtenido el premio del Jurado en Sundance y ha estado nominado tanto en los Premios Goya como en los Premios Forqué.

FOTO PRINCIPAL.: Imagen extraída de la página web de la productora y distribuidora de cine independiente Avalon.