Cuando se realiza una analítica se puede comprobar cómo se encuentran esos niveles de colesterol. Dentro de este hay tres tipos, el colesterol malo (o LDL), el colesterol bueno (o HDL) y el colesterol indiferente (o VLDL). El primero es el más preocupante, ya que si se encuentra en valores altos puede impedir que la sangre fluya con normalidad al estar las arterias atascadas y esto puede llegar a afectar al corazón. Por su parte, el segundo se podría decir que es nuestro vigilante porque "viaja en unas partículas denominadas HDL (lipoproteínas de alta densidad) que se encargan de recoger colesterol desde los tejidos periféricos y desde las arterias para trasladarlo al hígado para su eliminación por la bilis hacia las heces", tal y como manifiestan desde la página web fesemi.org. Mientras que el tercero es "probablemente malo, pero menos peligroso que el colesterol-LDL. Viaja en unas partículas denominadas VLDL (lipoproteínas de muy baja densidad)", aclaran. Pero, ¿cuándo debemos poner la voz de la alarma? Cuando el nivel de colesterol "supera los 200 miligramos por decilitros de sangre (mg/dl)", señalan en cinfasalud.cinfa.com, y esto podría desencadenar en enfermedades cardiovasculares. Un estudio de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) revela que existe un porcentaje alto de españoles cuyo valor de colesterol se sitúa por encima del mostrado anteriormente, así si ha hecho eco de este dato la Fundación Española del Corazón en su web, donde se apunta que "concretamente el 20% de personas mayores de 18 años presenta un nivel de colesterol superior a 250 mg/dl".

Para determinar si un paciente tiene hipercolesterolemia, "los médicos utilizan el valor de colesterol-LDL, es decir, del colesterol malo, el realmente perjudicial para nuestra salud", según indican en fesemi.org. Sin embargo, no en todas las situaciones está ligada la dieta con padecer la enfermedad, puesto que puede tratarse de "un problema genético, trasmitido de padres a hijos", venir derivado de otras enfermedades como "la obesidad o el hipotiroidismo" o por el consumo de un determinado medicamento para tratar otras dolencias. En ocasiones el estado del paciente permite dar alguna pista sobre sí padece o no colesterol porque pueden aparecer "manchas espesas de color amarillo alrededor de los ojos o en alguna otra zona de la piel, que se forman por los depósitos de colesterol que se acumulan en el interior de las arterias. A menudo estas señales se pueden apreciar en personas con colesterol alto hereditario", puntualizan en cinfa.com

Al carrito de la compra

En el momento en que vayamos a hacer la compra debemos de prescindir o de incorporar ciertos alimentos en nuestro carrito para poder mantener el colesterol a raya. Son bienvenidos el aceite de oliva, el pollo sin piel, el pescado azul, la leche o los yogures desnatados, el queso fresco, los frutos secos, las frutas y verduras y apostar por el cocinado al horno, al vapor o la plancha. Despídete de las frituras, de la sal en exceso, de la bollería industrial, de los embutidos, la mantequilla, la leche entera, las salsas, o las carnes con grasa, el alcohol y el tabaco. Combina la dieta saludable con el ejercicio físico.

Hay personas que necesitan recurrir a un tratamiento prescrito por el médico para regular los niveles de colesterol. Pero como bien recuerdan en la web de fesemi "el tratamiento para bajar el colesterol no es curativo, es decir, es eficaz mientras que se esté tomando. Cuando se abandona, el colesterol vuelve a la misma concentración en la que se encontraba antes de comenzarlo".

FOTO PRINCIPAL.: Foto de Puwadon Sang-ngern.