La industria alimentaria siguiendo normas sanitarias, añade determinados compuestos a ciertos alimentos envasados para aumentar su potencial o evitar el aporte calórico. Entre los más frecuentes destacarían: 1-Ácidos grasos Omega 3: presentes en nueces, pescado azul y en vegetales como las acelgas. Aumentan el rendimiento cerebral y protegen a nivel cardiovascular. ...
La industria alimentaria siguiendo normas sanitarias, añade determinados compuestos a ciertos alimentos envasados para aumentar su potencial o evitar el aporte calórico. Entre los más frecuentes destacarían:
1-Ácidos grasos Omega 3: presentes en nueces, pescado azul y en vegetales como las acelgas. Aumentan el rendimiento cerebral y protegen a nivel cardiovascular. Con una dieta adecuada se garantiza la ingesta mínima diaria recomendada por la OMS, aunque actualmente se añaden a los lácteos.
2-Bífidus: se añaden a los lácteos, normalmente yogures. Son microorganismos del grupo lactobacillus, frecuentes en la flora intestinal normal, dedicados a la síntesis y absorción de las enzimas metabolizadoras de lactosa y vitaminas imprescindibles para la salud. Tampoco hay datos concretos sobre efectos adversos debidos a un exceso en su consumo. Su consumo debe racionalizarse y no abusar de sus bondades, pues no se conocen con exactitud.
4-Edulcorantes de nuevo cuño: compuestos que endulzan los alimentos y sustituyen al azúcar común y a los clásicos (sacarina o aspartamo). Se incluyen el almidón genéticamente modificado, el sorbitol, el xilitol y el lactitol considerados bajos en calorías. Su consumo excesivo es perjudicial para la salud y resultan laxantes.
5-Fitoesteroles: presentes en gran cantidad de productos, desde yogures hasta galletas. Su función es bloquear la absorción de colesterol a nivel intestinal, por lo que se recomiendan para perder peso y para evitar elevadas tasas de este compuesto en sangre. La cantidad ingerida debe ser controlada, pues su exceso reduce la absorción de compuestos fundamentales para el buen funcionamiento del organismo (por ejemplo ciertas vitaminas).
6-Isoflavonas: estrógenos naturales que reducen los efectos de la menopausia, no aportan colesterol a la dieta, tienen propiedades antioxidantes y actúan a nivel óseo en la prevención de la osteoporosis. Es habitual su consumo en personas alérgicas a la lactosa, como sustituta de la leche de vaca.
7-L-carnitina: de administración única (en forma de pastillas para vía oral o gel tópico para zonas a reducir) o añadida a ciertos alimentos para reducir el peso y como coadyuvante en dietas. Su actividad es degradar la grasa acumulada por ejemplo en celulitis.
8-Prebióticos: mejoran la actuación de las bacterias intestinales y la absorción de calcio. No se han descrito efectos adversos de gravedad por su consumo, aunque tampoco está clara la cantidad que debe ser ingerida diariamente.
9-Probióticos: microorganismos vivos que se adaptan al colon mejorando la actividad de la flora intestinal y el sistema inmunológico. Suelen añadirse a alimentos lácteos porque facilitan su ingestión. No hay estudios concretos sobre la cantidad que se puede consumir dentro de límites seguros.
10-Tonalín: en leches enriquecidas. Su actividad se relaciona con la estimulación del metabolismo para reducir la grasa corporal y favorecer el adelgazamiento. Como actúa a nivel hepático, un exceso puede provocar problemas en este órgano y también se relaciona con un aumento de la tensión arterial.
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