El inicio de esta fobia se relaciona con una experiencia negativa previa como realizar un vuelo con turbulencias, retrasos que prolongan el tiempo en el aire o aterrizajes y/o despegues con viento y condiciones meteorológicas adversas. También se relaciona con el desconocimiento de los mecanismos que mantienen el avión volando o la desconfianza en las aptitudes del piloto. Otro motivo es la dramatización de situaciones relacionadas con accidentes aéreos en los que se ven imágenes de muertos, trozos dispersos del avión y otras.

Los datos de prevalencia no son exactos. Se considera que afecta a un 20% de la población e incapacita absolutamente al 3%. El perfil de los afectados se relaciona con que son personas perfeccionistas, controladoras, inteligentes y emotivas, de edad media y, mayoritariamente, sexo femenino.

Los psicólogos inciden en que puede estar relacionado con otras fobias ocultas como el miedo a la muerte, a las alturas, a la pérdida de control, la claustrofobia, etc.

Algunos consejos pueden mejorarla aumentando el confort y reduciendo la ansiedad durante el vuelo:

-Volar acompañado por alguien de confianza y sentarse en la zona delantera donde se reducen los movimientos y ruidos propios del vuelo.

-Vestir ropa cómoda de algodón, zapatos planos con suela de goma o zapatillas, evitando los tacones.

-No viajar con lentillas y, de hacerlo, humectar los ojos con lágrima artificial para evitar que la sequedad de la cabina los irrite.

-Escuchar música relajante y distraerse leyendo.

-No beber alcohol antes o durante el vuelo. Comer hidratos de carbono (bocadillos, patatas, pasta, etc.) antes de volar. Beber un vaso de agua cada hora de vuelo. Consumir caramelos y chicles durante el vuelo, pues relajan.

-No mirar por la ventanilla para evitar el temor a estar en el aire.

-No subir sin haber ido al baño para no tener necesidad de hacerlo mientras sea imprescindible tener puesto el cinturón.

-No consumir ansiolíticos sin control médico.

El tratamiento debe realizarlo un especialista. De manera general, se recomienda:

1-Enfrentarse a la situación de manera controlada, volando habitualmente para vencer ese miedo.

2-Acudir a cursos organizados por las compañías aéreas: viajes en simuladores (evitan el pánico en una cabina real), charlas de psicólogos y pilotos especializados y explicaciones de cómo vuelan los aviones.

3-Leer manuales de autoayuda para controlar la ansiedad.

4-Recibir terapia psicológica específica para reconocer los factores que lo desencadenan y superarlo.

5-Utilizar técnicas de relajación como la respiración.

El avión es el medio de transporte más seguro. El número de accidentes y de víctimas mortales es muchísimo menor que en la carretera, por ejemplo. Además, los encargados del viaje están cualificados para resolver cualquier situación que se plantee a bordo y pueden ayudarte en cualquier situación que se te plantee.