En primer lugar, es fundamental tener claro qué es tener la tensión alta o baja. La tensión baja o hipotensión se refiere a una presión arterial más baja de lo normal en el sistema circulatorio. La presión arterial se refiere a la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias y se mide en milímetros de mercurio (mmHg).

La presión arterial normal se considera que está alrededor de 120/80 mmHg. La hipotensión se considera cuando la presión arterial sistólica (la primera cifra) es menor a 90 mmHg o la presión arterial diastólica (la segunda cifra) es menor a 60 mmHg. Los síntomas de hipotensión pueden incluir mareo, debilidad, náuseas, fatiga, visión borrosa, sudoración y desmayos y puede desembocar en:

1. Mareo y desmayos: La hipotensión puede causar mareo y desmayos debido a que la cantidad de sangre y oxígeno que llega al cerebro disminuye.

2. Fatiga: La hipotensión puede causar fatiga y debilidad debido a la disminución de la circulación sanguínea y el suministro de oxígeno a los músculos.

3. Problemas cardíacos: La hipotensión prolongada puede causar daño al corazón debido a la disminución del suministro de oxígeno y nutrientes a las células cardíacas.

4. Problemas cerebrales: La hipotensión prolongada puede causar daño cerebral debido a la disminución del suministro de oxígeno y nutrientes al cerebro.

5. Problemas renales: La hipotensión prolongada puede causar daño a los riñones debido a la disminución del suministro de sangre y oxígeno a los tejidos renales.

Tener la tensión alta o hipertensión arterial significa que la presión de la sangre que fluye por las arterias del cuerpo es más alta de lo normal y se mantiene así durante períodos prolongados. La hipertensión arterial se diagnostica cuando la presión arterial sistólica es igual o mayor a 140 mmHg y/o la presión arterial diastólica es igual o mayor a 90 mmHg.

La hipertensión arterial es una afección común que puede afectar a personas de todas las edades y, si no se trata, puede aumentar el riesgo de problemas de salud graves, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, entre otros.

La hipertensión arterial o tensión alta puede ocasionar varios problemas de salud, especialmente si se mantiene sin control durante períodos prolongados.

Algunos de los problemas que puede causar la hipertensión arterial incluyen:

1. Enfermedades cardíacas: La hipertensión arterial aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, como enfermedades coronarias, insuficiencia cardíaca, y arritmias cardíacas. El aumento de la presión arterial puede causar daño en las arterias y el corazón, lo que aumenta el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

2. Enfermedades cerebrovasculares: La hipertensión arterial aumenta el riesgo de enfermedades cerebrovasculares, como accidentes cerebrovasculares y demencia. El aumento de la presión arterial puede causar daño en los vasos sanguíneos del cerebro, lo que puede provocar daño cerebral y afectar la función cognitiva.

3. Enfermedades renales: La hipertensión arterial aumenta el riesgo de enfermedades renales, como la insuficiencia renal crónica. El aumento de la presión arterial puede causar daño en los vasos sanguíneos de los riñones, lo que puede provocar la acumulación de líquidos y desechos en el cuerpo.

4. Problemas de visión: La hipertensión arterial puede dañar los vasos sanguíneos de los ojos y aumentar el riesgo de problemas de visión, como retinopatía hipertensiva y glaucoma.

Qué podemos hacer para mantener la tensión a raya

A continuación, se presentan algunos remedios naturales que pueden ayudar a controlar la tensión arterial y mantenerla siempre en niveles óptimos:

1. Dieta saludable: Una dieta saludable y equilibrada que incluya frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables puede ayudar a controlar la tensión arterial. Es importante limitar el consumo de sal y alimentos procesados, que a menudo contienen altas cantidades de sodio.

2. Ejercicio regular: El ejercicio regular puede ayudar a reducir la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular. Es recomendable realizar actividad física moderada durante al menos 30 minutos al día, la mayoría de los días de la semana.

3. Reducción del estrés: El estrés puede aumentar la presión arterial, por lo que la reducción del estrés puede ayudar a controlar la tensión arterial. Las técnicas de relajación, como la meditación, la respiración profunda y el yoga, pueden ayudar a reducir el estrés.

4. Suplementos naturales: Algunos suplementos naturales, como el ajo, la coenzima Q10 y la vitamina D, pueden ayudar a controlar la tensión arterial. Sin embargo, es fundamental hablar con un médico antes de tomar cualquier suplemento.

5. Reducción del consumo de alcohol y tabaco: El consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo pueden aumentar la presión arterial, por lo que reducir o eliminar su consumo puede ayudar a controlar la tensión arterial.