A partir de los 40 años, nuestro cuerpo sufre cambios que, aunque no sean muy evidentes exteriormente, sí que nos cambian de manera fisiológica. Esto no quiere decir que no podamos hacer ejercicio, ¡todo lo contrario!, pero sí que es cierto que debemos adaptar nuestro entrenamiento a esta década marcada ...
A partir de los 40 años, nuestro cuerpo sufre cambios que, aunque no sean muy evidentes exteriormente, sí que nos cambian de manera fisiológica. Esto no quiere decir que no podamos hacer ejercicio, ¡todo lo contrario!, pero sí que es cierto que debemos adaptar nuestro entrenamiento a esta década marcada por los cambios físicos.
Qué cambios se producen en nuestro cuerpo a partir de los 40 años
A partir la década de los 40, las mujeres experimentamos una serie de cambios físicos relacionados con el envejecimiento y la disminución de las hormonas sexuales femeninas, principalmente el estrógeno. Algunos de los cambios más habituales, a pesar de que cada mujer es un mundo, son:
Nuestra piel sufre cambios evidentes: La dermis piel se vuelve más delgada, seca y pierde elasticidad. También pueden aparecer manchas y arrugas.
Perdemos de masa muscular: la masa muscular disminuye y el tejido graso aumenta, lo que puede provocar una disminución del metabolismo y un aumento de peso.
Sufrimos cambios en el ciclo menstrual: puede haber cambios en la duración y frecuencia de los períodos menstruales, y pueden presentarse síntomas de la perimenopausia, como sofocos, sudores nocturnos y sequedad vaginal.
Disminuye la densidad ósea: la disminución del estrógeno puede provocar una pérdida de densidad ósea, aumentando el riesgo de osteoporosis y fracturas.
Sufrimos problemas de visión y audición: la capacidad de ver de cerca suele disminuir, y, muchos casos, también existe perdida de audición.
Cambios en la función cognitiva: algunas mujeres pueden experimentar dificultades con la memoria, el pensamiento y la concentración.
Es importante que tengas en cuenta que estos cambios no son universales y que cada mujer los vive de diferente manera. Además, también influyen factores como la genética, el estilo de vida o la salud de cada mujer de forma individual.
Cómo adaptar tu rutina de ejercicios a esta nueva etapa
Cumplir años no supone que tengas que dejar de hacer ejercicio, sino que debes adaptar tus rutinas a tus necesidades y posibles limitaciones. Algunas recomendaciones son:
Es básico consultar con un profesional antes de comenzar cualquier rutina de ejercicios tengas la edad que tengas, para que te aconseje sobre los ejercicios más seguros para ti y para que te diga cómo hacerlos de forma segura.
Incorpora de forma regular ejercicios cardiovasculares que te ayudarán a mejora la salud del corazón y la resistencia física. Algunos de estos ejercicios pueden ser caminar, nadar, hacer bicicleta, correr, etc.
Es fundamental que incorpores también de forma regular ejercicios de fuerza para prevenir la pérdida de masa muscular relacionada con la edad. Los ejercicios de entrenamiento de fuerza pueden ser levantamiento de pesas, yoga, pilates, entre otros. Se recomienda comenzar con pesos ligeros y aumentar gradualmente la intensidad y el peso.
Los estiramientos son importantes antes y después de cada sesión de entrenamiento para mejorar la flexibilidad y prevenir lesiones.
Adapta los ejercicios a tus necesidades y a tus gustos. En muchos casos, podemos empezar a sufrir problemas en los huesos y dolor de espalda y rodilla. Por ello, es básico encontrar ejercicios que sean seguros y efectivos.
¿Quieres escuchar nuestros podcast ? Únete a nuestra comunidad y sumérgete en un mundo de inspiración y empoderamiento para la mujer moderna.
Las últimas tendencias en salud, maternidad, viajes, cultura y feminismo en nuestra revista.
Acceso a noticias y newsletters exclusivas
Descarga de materiales únicos, como webinars, podcasts o vídeos
¿Te lo vas a perder?
Acceder