Poner límites en las relaciones personales significa comunicar correctamente a otras personas que tienes pensamientos, deseos y necesidades diferentes a las suyas, que no tienen porqué ser incompatibles. Además cuando ponemos límites y hacemos valer nuestros derechos, nos respetamos a nosotros mismos y nos sentimos libres, algo fundamental para poder disfrutar del control de nuestra propia vida.

Aprender a poner límites a los demás y comunicarlos adecuadamente de manera asertiva nos genera autonomía, creatividad y bienestar personal porque nos ayuda a identificar y delimitar adecuadamente nuestras necesidades en cada momento, haciéndonos sentir como protagonistas de nuestras elecciones personales y generando tranquilidad y responsabilidad.

Los expertos señalan que poner límites nos hace sentir mejor porque mejora nuestra autoestima, aumenta nuestras habilidades sociales y de comunicación, favorece la asertividad e incrementa la sensación de seguridad y autoeficacia. Esta actuación mejora las relaciones interpersonales porque las personas que te rodean sabrán hasta dónde pueden llegar, el punto en que empiezan y acaban tus límites y mejorarán las relaciones interpersonales.

Entre las ventajas de poner límites destacarían:

1-Se reducen la frustración y el estrés porque no percibirás la obligación de poner las necesidades de los demás por delante de las tuyas (y no te sentirás egoísta por actuar de esta manera). Así evitarás la aparición de ansiedad, estrés y frustración que pueden asociarse a cualquier tipo de relación (personales, familiares, sociales, y laborales, especialmente) inadecuada por la inexistencia de esos necesarios límites.

2-Se facilita que las personas que te rodean puedan conocerte mejor. Es posible que la paradoja te resulte extraña pero, ceder siempre ante las expectativas y deseos de los demás nos aleja de las personas con las que estamos, en lugar de acercarnos a ellas. Nos sentimos incómodas al tener que fingir y esto afecta a la relación con los demás.

3-Se establece una comunicación sincera porque es posible tener en cuenta tus necesidades y deseos personales, lo que evitará la aparición de malentendidos y favorecerá el establecimiento de relaciones basadas en el respeto y la confianza mutuos.

4-Se crean relaciones equilibradas e igualitarias. Conociendo los límites reales es posible establecer una relación saludable con los demás, de igual a igual, sin tener que estar subordinada a las órdenes y deseos de los demás.

5-Se prolonga la duración y calidad de tus relaciones porque los límites establecidos en términos asertivos mejoran la comunicación entre las personas y aumentan la satisfacción que te producen.

6-Se aumenta tu sensación de control interno porque estás siendo coherente con tus pensamientos, emociones y conductas debido a que tu diálogo interno es consistente y no existen distorsiones. No tienes que simular ser una persona que no eres, puedes mostrarte con naturalidad y actuar siguiendo tu propio criterio.