Botánicamente, su nombre científico es Vitellaria paradoxa. Karité significa árbol de manteca en la lengua autóctona de Senegal, aunque recibe diferentes nombres en cada país. Es un árbol africano de hasta 15 metros de altura que se reparte por las sabanas de la zona oeste de este continente creciendo en ...
Botánicamente, su nombre científico es Vitellaria paradoxa. Karité significa árbol de manteca en la lengua autóctona de Senegal, aunque recibe diferentes nombres en cada país. Es un árbol africano de hasta 15 metros de altura que se reparte por las sabanas de la zona oeste de este continente creciendo en estado salvaje. Puede vivir cientos de años y el diámetro del tronco puede llegar a medir un metro. Un árbol adulto (de más de 30 años) puede producir hasta 20 kilos de frutos, de los que se puede obtener aproximadamente un kilo de manteca.
Se puede definir la manteca de karité como un cosmético de origen natural que se extrae mediante prensado de las nueces (semillas) del árbol de karité. En su composición química destaca la presencia de abundante cantidad de vitaminas (A, E y F, fundamentalmente) y colágeno, fundamental para prevenir el envejecimiento de la piel.
Entre las propiedades de la manteca de Karité destacarían:
1-Actividad protectora de la piel contra agentes externos como el viento, el frío o el sol debido a la presencia de ácidos grasos que crean una intensa película protectora sobre la dermis.
2-Capacidad antiinflamatoria, pues calma la piel y alivia los síntomas asociados a problemas cutáneos como irritaciones, úlceras, roces, eczemas y picaduras, entre otros.
3-Hidratante y nutritiva, pues actúa sobre capas profundas aportando elasticidad y flexibilidad a la piel.
4-Actividad antioxidante debido a la alta concentración en vitaminas A y E, que ayudan a proteger la piel de los radicales libres y del envejecimiento prematuro.
5-Capacidad regeneradora y cicatrizante, por lo que se recomienda su empleo para tratar quemaduras y cicatrices, por ejemplo.
6-Presenta una textura sólida en forma de pasta, que en contacto con la piel se derrite, convirtiéndose en aceite y absorbiéndose rápidamente.
7-Es adecuada para todos los tipos de pieles, porque no resulta irritante y respeta la barrera cutánea.
La manteca de karité se considera adecuada para ser aplicada sobre la cara, los talones agrietados, los codos resecos y los labios deshidratados, por ejemplo. También se utiliza para mejorar la hidratación de las uñas con lo que se evitará que se rompan y recuperarán su brillo natural.
En el pelo, se utiliza para calmar los picores del cuero cabelludo seco y reducir la caspa, pues se absorbe con facilidad y no obstruye los poros. También se considera humectante debido a la presencia de grasas naturales en su composición química, por lo que se recomienda para mejorar el cabello seco o dañado.
Puedes emplearla sola o mezclarla con otros ingredientes naturales como el aceite de almendras o el aceite de argán que potenciarán sus efectos. Si quieres conseguir una mezcla muy hidratante, la combinación de manteca de karité con aceite de almendras y aceite de argán resulta muy adecuada.
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