El tomate es originario del continente americano y llegó a Europa en el siglo XVI como planta ornamental, para aromatizar y adornar jardines. Forma parte de la familia de las solanáceas, como la patata, por ejemplo. Actualmente se cultivan muchas variedades con diferentes aplicaciones en la cocina. Los expertos señalan que, ...
El tomate es originario del continente americano y llegó a Europa en el siglo XVI como planta ornamental, para aromatizar y adornar jardines. Forma parte de la familia de las solanáceas, como la patata, por ejemplo. Actualmente se cultivan muchas variedades con diferentes aplicaciones en la cocina.
Los expertos señalan que, debido a su composición nutricional, entre sus propiedades, destacarían:
1-Aportan pocas calorías (aproximadamente 22 por cada 100 gramos). Pueden emplearse con normalidad (y sin exceso) en dietas para reducir o mantener el peso elaboradas bajo control médico. La adición de grasas incrementa el nivel calórico, lo que debe ser tenido en cuenta cuando se elabore el menú.
2-Resultan hidratantes porque contienen un 95% de agua. Su consumo en épocas de calor al natural o en recetas como el gazpacho favorece la hidratación del organismo y compensa la pérdida de agua a través del sudor.
3-Presentan minerales (magnesio y potasio especialmente) fundamentales para la correcta transmisión del impulso nervioso y la adecuada actividad muscular.
4-Se consideran fuente de vitaminas, especialmente del grupo B (B1, B2 y B5) y vitamina C. Todas son necesarias para el buen funcionamiento del organismo y para el mantenimiento de las actividades vitales.
5-Contiene carotenoides, especialmente licopeno, un antioxidante que reduce el envejecimiento celular y facilita la eliminación de radicales libres. En este sentido, hay que entender que la cantidad de licopeno no es idéntica en todas las variedades, siendo muy elevada en los tomates pera. También es superior en los ejemplares maduros que en los verdes. Además, al ser triturados, cocinados y aliñados con aceite se favorece la absorción de licopeno a nivel intestinal.
6-Presenta ácido oxálico que, en combinación con el calcio, forma sales insolubles de oxalato cálcico que pueden provocar problemas renales debido a la formación de piedras a este nivel. No se ha asociado directamente la ingesta de tomates a la presencia de cálculos renales, por lo que, actualmente, no suele eliminarse de la dieta de quienes tienen tendencia a padecerlos.
7-Se consideran depurativos debido a su elevado contenido en potasio y bajo en sodio por lo que favorece la expulsión de toxinas y reduce la retención de líquidos. En este sentido, se recomienda su consumo a quienes presentan hipertensión, gota o sufren un disminución en la producción de orina.
8-Reduce el estreñimiento en combinación con otros alimentos también ricos en fibra.
Elige la variedad que más te guste o mejor se adapte a tus necesidades y cocínala como desees. Al natural, en ensalada o en salsa combinando tus ingredientes preferidos resulta muy saludable. También puedes añadir tomate a un zumo de frutas naturales para enriquecerlos y mejorar su textura y sabor.
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