Cuando un modelo de empresa es bueno, no se necesita mucho más. Es el caso de Veggie Karma, cuyos orígenes se remontan a marzo del año 2018. Entonces, Julien Malmont, quien empezaba a dar sus primeros pasos en la alimentación vegana, empezó a ofrecer sus quesos veganos en una feria ...
Cuando un modelo de empresa es bueno, no se necesita mucho más. Es el caso de Veggie Karma, cuyos orígenes se remontan a marzo del año 2018. Entonces, Julien Malmont, quien empezaba a dar sus primeros pasos en la alimentación vegana, empezó a ofrecer sus quesos veganos en una feria situada en el barrio barcelonés del Born. En menos de dos horas logró vender 80 de sus deliciosos (damos fé de ello) quesos. Su textura y sabor recuerdan, incluso superan, a las de un queso convencional.
Lo que en un principio parecía un entretenimiento, se transformaría en un negocio de lo más rentable. El cocinero Giovanni Magnani se sumaría al proyecto poco después, a pesar de la falta de recursos. Hoy día, Malmont y Magnani cuentan con su propio obrador en el barrio de Sant Andreu donde elaboran diez quesos vegetales, seis de ellos semicurados.
Todos los quesos Veggie Karma tienen una base de altramuces -superalimentos llenos de proteínas- y anacardos que les dan esa textura cremosa tan agradable al paladar. De hecho, parece que se funden en la boca. "Esta textura que comentas es el resultado de tres años de investigación. Basicamente implica una doble fermentación, un control de temperaturas, de pH y de humedad, además de varios ciclos de frío y calor. Aun así, queda un punto crudo porque nunca superamos los 40 grados de calor. Por eso conseguimos esta textura muy cremosa", ha explicado Malmont.
Entre sus ingredientes, además de altramuces y anacardos, estos quesos tienen muchos probióticos según el cofundador de Veggie Karma. Esto es posible porque no se recurre a la pasteurización: "Es como un queso de leche cruda, sin pasteurizar. Tienes las ventajas de este alimento pero sin sus inconvenientes: impacto medioambiental, lactosa y grasas animales", ha r. "Para mí -ha subrayado- son igual de buenos que los quesos de leche animal".
Como ya hemos comentado, de los diez quesos veganos de Veggie Karma, seis son semicurados. Bajo el nombre de Jacqueline han elaborado un queso con una capa de pimienta negra envuelto en hojas de parra. También producen el de Hierbas Provenzales, un clásico; Nueces y Pimienta Rosa; Pimentón Dulce; Reducción de Vino Blanco y el de Sant Andreu, réplica a la receta tradicional del chorizo pero sin el cerdo. El de Sant Andreu es un queso de calabaza vegano envuelto en semillas de amapola para darle el toque crujiente. El aporte de hierro, junto con la vitamina C, convierte a las semillas de amapola en una buena ayuda para recuperarse de anemias ferropénicas, en opinión del equipo de Veggie Karma.
Por su parte, el queso de Pimentón Dulce ahumado es el que tiene el proceso de fermentación más largo de todos los quesos vegetales de la firma. Los quesos se venden tras ocho semanas de curación. Sin embargo, si se compran y dejan en la nevera durante dos meses más, siguen su proceso de curación. "Entonces se logra una textura mucho más sólida y seca", ha aconsejado el cofundador de Veggie Karma.
En Biocultura han destacado tres de los seis quesos semicurados: el Jacqueline, el de Hierbas Provenzales y el de Reducción de Vino. Sin duda, son los que se han vendido más. "Nos imaginábamos que entre un 70 y un 80% de nuestros clientes serían veganos. En realidad, únicamente un 20 o 30% de nuestra clientela pertenece a este colectivo. Hemos comprobado que la gente, en general, tiene curiosidad. Se acercan a nuestro stand, prueban los quesos y nos hacen preguntas. Hoy día, todavía se sorprenden de sus cualidades organolépticas, Hemos investigado y experimentado muchísimo hasta dar con recetas sabrosas y cremosas", ha reconocido Malmont.
Fotos: Veggie Karma.