¿Cuál es la mejor manera de lavar, secar y doblar las sábanas, entre otras cosas? Los expertos de Dalfilo nos cuentan cómo cuidar las sábanas para que duren más y en excelente estado y nos revelan 5 trucos infalibles provenientes directamente de la sabiduría tradicional.

"Evidentemente una diferencia importante la dicta el tipo de tejido, sin embargo si consideramos orientativamente un tejido como el algodón 100% natural, es importante mantener una temperatura máxima de 40 grados con una velocidad máxima de centrifugado de 800 rpm", cuentan.

Cuidados básicos de la ropa de cama

Esto es especialmente cierto para telas finas como el satén, en este caso una alta centrífuga ataca las fibras, dañándolas, creando las clásicas bolitas en la superficie que molestan cuando te apoyas en la almohada, o se forman pliegues demasiado rígidos, que no conseguimos deshacer ni siquiera planchando.

En cuanto a la elección de los detergentes, se recomienda preferiblemente optar por los que no son agresivos y añadir siempre suavizante (también delicado). Hay que prestar especial atención al momento en el que se carga la lavadora, que nunca debe sobrecargarse por dos motivos: las sábanas no se lavan bien y la fase de planchado se complica considerablemente. Por último, nunca se deben mezclar los colores: ropa oscura con ropa oscura, ropa clara con ropa clara.

Secar. Para secar las sábanas hay dos opciones: el tendedero clásico o la secadora. Veamos cómo comportarse en ambos casos. Tendedero. Si tienes una casa con jardín o balcón, lo ideal es colgar las sábanas al aire libre. En caso de que las cuelgues en casa, se recomienda colocarlas en una habitación ventilada porque la humedad que se desprende durante el secado podría dar mal olor a nuestras sábanas.
Secadora. Hay que tener cuidado de no seleccionar una temperatura excesivamente alta.

Un consejo es interrumpir el ciclo de secado diez minutos antes porque la prenda, al estar todavía húmeda, nos permite doblarla bien, apoyandola con cuidado sobre una superficie y tirando de ella aprovechando la humedad natural del tejido, casi se puede evitar planchar.
Recordemos: quienes mejor tienden, menos planchan.

Doblar. Doblar las sábanas suele ser una tarea exigente, sobre todo si estás solo. Para ello se recomienda colocar las sábanas (o funda nórdica) y empezar por el ancho, que es el lado más corto, ayudándose siempre con una mesa. Para evitar arrugas cuando vayas a vestir la cama, es recomendable doblarlas lo menos posible, máximo en tres partes. Una alternativa interesante es enrollarlas, creando un cilindro ordenado para guardar en el armario.

Armarios. Las sábanas deben colocarse en los armarios dobladas con cuidado y correctamente, o en forma de cuadrado, de rectángulo o de rollo. Lo ideal es poner la sábana bajera y la sábana encimera una encima de la otra y tratar de que tengan la misma forma y tamaño en la medida de lo posible. Otro cuidado importante es reservar un espacio exclusivo para las sábanas, dedicado a la ropa de hogar, y no mezclarlas con la ropa de vestir.

Además, las bolsas de lona se pueden utilizar para guardar los juegos de cama que se usan menos, para protegerlos de la humedad y el polvo. Otra opción es colocar las sábanas cuidadosamente dobladas dentro de una funda de almohada. Por último, mantener siempre un olor fresco y limpio en el interior de los armarios es fundamental, porque es el mismo que tendrán las sábanas cuando preparemos la cama. Puedes usar agua perfumada para planchar, o poner bolsas de tela con flores secas y aceites esenciales dentro de los armarios.

Lee bien la etiqueta. Las etiquetas son un aliado fundamental para saber cómo comportarse para el mantenimiento de una prenda. Aprender a leerlas atentamente antes de lavar es un buen hábito. A veces creemos que sabemos hacerlo porque estamos acostumbrados a lavar y tratar productos similares y en cambio nos equivocamos. No todas las telas de algodón, por ejemplo, permiten el uso de lejía, o un lavado a 60 grados, por eso lo mejor es evaluar cada prenda de manera exclusiva, guiándonos por la experiencia pero sobre todo por la etiqueta.

Foto principal: cortesía Dalfilo