Las consecuencias de los problemas derivados del trabajo pueden generar mucho malestar a las personas que los sufren porque les afectan a diferentes niveles de su vida y se produce una alteración en varios ámbitos que deberían ser normales para cada uno de nosotros. Son sensaciones tanto físicas como psicológicas que reducen la calidad de vida de quien las padece.

Los expertos señalan que es posible detectar consecuencias en diferentes niveles y áreas de la vida entre los que destacarían:

1-Nivel cognitivo y racional: Se han encontrado problemas de memoria y aprendizaje y una percepción personal de incapacidad e ineficacia para abordar las más nimias dificultades que se presentan durante la jornada laboral.

2-Nivel emocional y afectivo: El estado emocional es negativo y la persona afectada puede manifestar irritabilidad, ansiedad, depresión y anhedonia, entre otras sensaciones negativas y poco satisfactorias.

3-Nivel fisiológico y físico: Es posible que aparezcan alteraciones psicosomáticas (problemas gástricos, dolor de cabeza, sensación de ahogo, mareos y otras), modificaciones en el sueño (problemas de conciliación, insomnio, sueño interrumpido y no reparador, por ejemplo), fatiga y agotamiento.

4-Nivel laboral: Se pueden presentar problemas para gestionar el tiempo dedicado al trabajo de manera adecuada que le impide cumplir los objetivos, dificultades para la toma de decisiones a cualquier nivel y disminución del rendimiento laboral (sintiéndose muy lenta e incapaz de realizar tareas sencillas que previamente podía gestionar sin dificultad).

5-Nivel personal: La autoestima se ve reducida (o desaparece) porque la persona afectada se percibe a sí misma como ineficaz. También se genera incapacidad para disfrutar y experimentar placer en otras actividades independientes del trabajo. Las emociones positivas no están en su pensamiento por lo que se mantiene en un estado de ánimo negativo que le impide encontrar opciones satisfactorias.

6-Nivel social e interpersonal: Ese estado de ánimo negativo y malestar general provoca insatisfacción, aislamiento, explosiones de ira contra las personas de su entorno más cercano e incapacidad para gestionar, disfrutar e incluir en su vida cotidiana actividades sociales como tomar un café, por ejemplo.

Estos problemas generan un enorme malestar y, en ocasiones, es preciso pedir ayuda a profesionales especializados. El tratamiento de las personas afectadas por problemas derivados del trabajo dependerá del tipo de situación a la que se tengan que enfrentar y del tipo de consecuencias que le ha generado.

De manera general, los expertos señalan que los programas de tratamiento se dirigen a gestionar las diferentes variables afectadas por los problemas derivados del trabajo. Los objetivos de estos programas se centran en mejorar niveles fisiológicos alterados, establecer estrategias para la resolución de problemas respecto a las tareas y conflictos interpersonales, reducir los niveles y síntomas de ansiedad y depresión y facilitar el aumento de la autoestima y la autoeficacia.

Consulta a un psicólogo especializado y sigue sus indicaciones. Seguro que encontrarás una solución personalizada con su apoyo.