En verano, nuestro organismo debe adaptarse a muchos cambios. Al ascenso de las temperaturas se añaden los cambios en las comidas y en las rutinas. Modificamos los horarios de sueño y solemos dejar de acudir al gimnasio porque el ritmo no lo permite. Estas variables inciden de manera especial en ...
En verano, nuestro organismo debe adaptarse a muchos cambios. Al ascenso de las temperaturas se añaden los cambios en las comidas y en las rutinas. Modificamos los horarios de sueño y solemos dejar de acudir al gimnasio porque el ritmo no lo permite. Estas variables inciden de manera especial en la salud de nuestras piernas.
Las piernas son la parte del cuerpo en la que resulta más fácil detectar problemas circulatorios porque, cuando no se produce un correcto retorno venoso, la sangre no asciende de manera adecuada y se genera esa sensación de pesadez que todos somos capaces de reconocer o recordar en algún momento de nuestra vida. Es posible prevenirla o mejorarla siguiendo unos sencillos consejos de autocuidado.
En verano, este efecto de pesadez asociada a problemas circulatorios se multiplica debido a diferentes factores, especialmente el calor que acompaña a la estación veraniega. Los expertos señalan que, para mejorar el estado de tus piernas, sería recomendable:
1-Aportar frescor cuando percibas que las piernas te pesan. Existen varios compuestos con efecto a este nivel como la vid roja o el ruscus que puedes aplicar con un masaje suave y ascendente. Para aumentar la actividad refrescante, guarda la crema en la nevera y aplícala fría. Notarás una sensación muy agradable que reducirá la sensación de pesadez.
2-Evitar pasar demasiado tiempo de pie o sentada. Ambas posiciones resultan inadecuadas para la salud de tus piernas. No las cruces mientras estás sentada y aprovecha esa posición para ejercitar los pies pisando con puntas y talones de manera alterna todo el tiempo que sea posible. Procura mover las piernas cada 15 minutos para activar la circulación dando un corto paseo estés donde estés.
3-Poner el agua de la ducha a temperatura templada o fría. Lo ideal sería alternar ambas temperaturas (templada y fría), aplicarla de manera ascendente y acabar con un buen chorro de agua fría.
4-Hidratar la piel de las piernas tras la ducha. Puedes emplear una crema hidratante aplicada con un masaje ascendente desde los tobillos hacia arriba, hasta las ingles, por ejemplo.
5-Caminar a paso ligero durante media hora a diario, pedalear en una bicicleta o aprovechar el agua de la playa para andar en el agua que te cubra hasta la mitad del muslo. Resulta muy activador y agradable.
6-Evitar el sobrepeso. Eliminar los excesos te ayudará a reducir la presión que soportan tus piernas y el esfuerzo que te produce el movimiento.
7-Disfrutar de un tratamiento específico para tus piernas. No renuncies a un buen masaje o un drenaje linfático realizados por un especialista. Es algo bueno para tus piernas y positivo para tu mente, porque genera un gran bienestar y mejora tu calidad de vida.
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