El verano puede convertirse en tu mejor aliado para recuperar hábitos saludables perdidos o iniciar una nueva etapa en la que estés centrada en tu cuidado personal y bienestar. No es necesario que lo pases mal, simplemente que analices tus necesidades reales y encuentras nuevas opciones saludables. De manera general, los ...
El verano puede convertirse en tu mejor aliado para recuperar hábitos saludables perdidos o iniciar una nueva etapa en la que estés centrada en tu cuidado personal y bienestar. No es necesario que lo pases mal, simplemente que analices tus necesidades reales y encuentras nuevas opciones saludables.
De manera general, los expertos señalan que el verano es un momento adecuado para:
1-Aumentar el consumo de alimentos crudos. El calor destruye algunos nutrientes esenciales que debemos aportar al organismo a través de la alimentación. Elegir frutas, ensaladas, alimentos marinados o germinados (en vez de procesados, por ejemplo) es una buena opción. Elaborar los alimentos con batidoras (para sopas, cremas frías y salsas, entre otras), ralladores (la zanahoria cruda resulta deliciosa, por ejemplo) y licuadoras (para zumos, por ejemplo), te ayudarán a enriquecer tus platos crudos.
2- Evitar el consumo de sustancias inadecuadas como el alcohol (que en pequeñas cantidades te hace sentir bien pero, al aumentar el consumo, genera alteraciones del sueño, por ejemplo), la cafeína (esa inyección de energía por la mañana que se convierte en un problema cuando queremos dormir y nos sentimos irritables) y el tabaco (cuyos efectos negativos son muy intensos).
3-Bebe agua a todas horas. Es cierto que muchos alimentos la aportan (frutas y verduras, especialmente) o que puedes introducirla de maneras diversas (caldos vegetales e infusiones, entre otras), pero el agua pura aporta beneficios específicos. El agua es indispensable para mantener la hidratación de la piel, favorece la expulsión de toxinas del organismo y previene la retención de líquidos.
4-Añade fibra a tu dieta. Mejora el tránsito intestinal, reduce los picos de azúcar en sangre y genera sensación de saciedad. Incluye judías, lentejas o guisantes, por ejemplo, porque contienen fibra soluble e insoluble y minerales (hierro, magnesio y potasio, entre otros).
5-No te quedes quieta. Baila, nada, pasea, corre o lo que prefieras, pero evita el sedentarismo. Moverte mejora tu forma física y la musculatura corporal. El paseo por la playa a la orilla del mar resulta gratificante y proporciona un masaje muy agradable en los pies y las piernas. Nadar también te ayuda a mejorar la musculatura sin alterar las articulaciones y relaja la mente. Bailar es una actividad muy gratificante que, incluso, puede facilitar conocer a nuevas personas y aumentar tu círculo social.
6-Consume alimentos ricos en vitaminas del grupo B. La vitamina B12 es fundamental porque se conoce como "la vitamina de la energía" ya que ayuda a combatir el cansancio crónico. Se encuentra en alimentos de uso habitual como carnes, lácteos, pescados y huevos, por ejemplo. Si la combinas con ácido fólico (presente en verduras de hoja verde y lentejas, por ejemplo), habrás encontrado un remedio muy saludable y delicioso para aumentar tu bienestar.
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