El verano no solo se asocia a disfrute y tranquilidad. Son numerosas las personas que sufren algún percance que puede estropear sus vacaciones. Es importante prevenir su aparición y seguir unas pautas concretas para resolverlo si ya se ha producido.

Los expertos señalan que la mayoría de los bañistas cumplen las indicaciones dadas por los responsables (miran el color de las banderas y aceptan la negativa de baño en determinadas condiciones, por ejemplo). Existe una pequeña proporción que no hace caso a las indicaciones y se ponen en riesgo a sí mismos y a los encargados de la seguridad.

Los percances más frecuentes se asocian a quemaduras solares, cortes con conchas, caídas, lesiones y exposición inadecuada por tirarse en zonas peligrosas, problemas oculares y, especialmente, las picaduras de los habitantes típicos de nuestras costas.

De manera general, los animales que producen mayores alteraciones durante el verano serían:

1-Faneca. Es un pez que vive en las playas de mar abierto en las que el oleaje es intenso y la arena fina. Precisamente es ahí, en la arena, donde suelen enterrarse. Cuando caminamos por la playa y pisamos una faneca, despliega su aleta dorsal y las púas se nos incrustan en la planta del pie. El dolor generado es muy intenso y puede llegar a la cintura. Se recomienda introducir el pie en agua caliente porque se alivia el dolor hasta que desaparece unas horas después. En personas alérgicas pueden presentarse vómitos, fiebre y problemas respiratorios, aunque no se conoce antídoto para este problema, es preciso acudir al médico.

2-Medusas. Viven en aguas abiertas y se acercan a la costa arrastradas por las corrientes marinas en determinadas épocas del año. Su picadura provoca picor e irritación en la zona afectada. El tratamiento pasa por aplicar amoníaco rebajado con agua, por ejemplo, porque reduce el dolor. Una segunda picadura puede provocar reacciones alérgicas de cierta gravedad. Cuando el afectado por la picadura se encuentra mal es preciso acudir al hospital para que pueda recibir allí el tratamiento adecuado.

3-Tábano. Es un insecto habitual en toda Europa. Su picadura es muy dolorosa pero no inyecta veneno. Se produce una hinchazón en la piel de la zona afectada. El tratamiento pasa por aplicar amoníaco y cremas calmantes para el dolor.

4-Erizo. Vive en las rocas, fundamentalmente. Sus púas carecen de estructura rígida por lo que, cuando nos clavamos alguna, se rompen con facilidad quedando incrustadas en la piel. Es preciso eliminarlas correctamente y aplicar un antiséptico porque pueden provocar infecciones si se quedan dentro de la piel.

Si te ha picado alguno de ellos y te encuentras en una zona en la que existe equipo de protección, acude a ellos y pide ayuda. Si estás en un lugar más aislado, llama a los servicios de emergencia para que te den las indicaciones oportunas.