Se pueden definir las emociones como los estados afectivos que generamos en función de la interpretación que hacemos de las situaciones que vivimos y que dirigen el comportamiento que debemos desplegar para satisfacer las demandas asociadas a dichas situaciones. Se considera que tienen una función adaptativa porque nos ayudan a adaptarnos ...
Se pueden definir las emociones como los estados afectivos que generamos en función de la interpretación que hacemos de las situaciones que vivimos y que dirigen el comportamiento que debemos desplegar para satisfacer las demandas asociadas a dichas situaciones.
Se considera que tienen una función adaptativa porque nos ayudan a adaptarnos al mundo que nos rodea y sobrevivir en diferentes situaciones (relaciones de pareja, laborales, sociales y familiares, entre otras). Las emociones nos ayudan a tomar nuestras propias decisiones y nos permiten adaptarnos a la realidad positiva o negativa que se nos presenta.
La manera en que cada uno de nosotros experimenta cada emoción es personal y única. Esta vivencia emocional dependerá de los deseos, las experiencias previas, las expectativas y el conocimiento de nuestras propias emociones y la manera personal que tenemos de gestionarlas.
Los expertos señalan que existen 6 emociones básicas que todos deberíamos poder reconocer. Así:
-Alegría, facilita que seamos capaces de repetir las conductas que nos llevaron a obtener una sensación placentera y gratificante ante un determinado evento.
-Asco, provoca el rechazo de lo que puede resultar dañino para nosotros a cualquier nivel.
-Ira, favorece la eliminación de cualquier obstáculo que se presente cuando deseamos alcanzar un objetivo concreto que consideramos importante.
-Miedo, permite que seamos capaces de proteger nuestra integridad física y psicológica evitando los peligros o enfrentándonos a ellos.
-Sorpresa, facilita que seamos capaces de buscar soluciones creativas cuando afrontamos situaciones nuevas de manera inesperada.
-Tristeza, permite que seamos capaces de integrar un daño o una pérdida en nuestra historia personal siendo capaces de sentir un sufrimiento ajustado a lo que ha sucedido.
La mayoría de los expertos reconocen la importancia que tienen las emociones para poder gestionar las situaciones a las que nos enfrentamos a diario. Destacan la necesidad de desarrollar nuestra inteligencia emocional, es decir, de potenciar las habilidades psicológicas que nos permiten detectar y expresar de manera equilibrada nuestras propias emociones, entender las de los demás y utilizar esta información para dirigir nuestro pensamiento y comportamiento para evitar problemas.
Entender y gestionar correctamente las emociones nos permitiría:
1-Aceptar y comprender las emociones de los demás.
2-Aumentar la capacidad de trabajo en equipo, fundamental para lograr éxito personal y profesional.
3-Equilibrar y modular emociones de intensidad extrema transformándolas en otras más manejables.
4-Mantener una actitud empática y socialmente correcta que favorece el desarrollo personal integral.
5-Reconocer claramente nuestras emociones, evitando confusiones que generan malestar.
6-Tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo y en nuestra vida diaria para reducir el sufrimiento asociado a ellas.
Si consideras necesario comprender lo que te sucede y mejorar tu gestión emocional puedes pedir cita a un psicólogo y recibir la información adecuada sobre la terapia más indicada para ti.
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