En los meses más cálidos, al igual que vestimos con prendas más frescas para combatir las altas temperaturas, llevamos puesto un calzado más cómodo, transpirable y fresco. Las chanclas suelen ser nuestras compañeras inseparables durante estas fechas, con ellas llevamos los pies más libres y no tenemos tanto miedo a que se formen heridas por medio del sudor y el roce como ocurre con otros zapatos. Son una opción recomendada cuando se trata de desplazarse por ambientes húmedos, como playas, piscinas o duchas de gimnasios, previniendo la aparición de hongos en los pies o de papilomas, así como evitando las picaduras de fanecas bravas o escarapote en el caso de pasear por la arena mojada. Sin embargo, realizar un uso prolongado de ellas tiene sus riesgos. Al tratarse de un tipo de calzado poco firme e "inestable", estamos más expuestas a "sufrir una torcedura o esguince" y a su vez, como en la mayoría de los casos, están fabricadas con "materiales de baja calidad, al mojarse podemos resbalar y perder el equilibrio", advierten desde Podoactiva, compañía especializada en podología y biomecánica. Otra de las consecuencias de llevar puestas las chanclas es que se ejerce "una mayor tensión tanto en dedos como en la planta del pie" porque los dedos se colocan "en forma de garra" para caminar, evitando que la chancla quede atrás, señalan.

Los expertos de podoactiva.com hablan también de la aparición de la "fascitis plantar", que se trata una "la inflamación de la fascia plantar, que es el tejido que va desde la base de los dedos hasta el talón en la planta del pie" y aseguran que "el dolor es bastante agudo y se suele localizar en la zona del talón". Por último, informan de que con el uso de este calzado se cambia "el patrón de la marcha" porque se "dan pasos más cortos, alterando el funcionamiento normal de la musculatura de la pierna". De este modo, los profesionales desaconsejan el uso de chanclas y apostar por las sandalias. Entre sus principales ventajas destacan: "son abiertas y transpirables, su suela es resistente y sujetan el pie".

Por su parte, en el canal de FisioDual. Fisioterapia y Osteopatía comparten un vídeo con ejercicios sencillos para aliviar el dolor después de haber caminado un buen rato con chanclas. Aconsejan realizar pequeños movimientos en los dedos o combinar esta actividad con un "baño de contrastes de agua caliente y fría", utilizar una pelota de tenis para colocarla debajo de los dedos y llevar a cabo "movimientos sobre el arco" hacia un lado y hacia el otro, así como ejecutar "movimientos longitudinales por la fascia plantar". Además, aconsejan situar "el antepié encima de la pelota de manera fija, dejando caer un poco peso" y realizar pequeños masajes, entre otros ejercicios.

FOTO PRINCIPAL.: Photo by Andrea Piacquadio.