Se define dependencia emocional como un estado psicológico que se manifiesta en las relaciones que se establecen con otras personas, especialmente en la relación de pareja. Estas relaciones se caracterizan por convertirse en destructivas porque se pone a la otra persona por encima de cualquier otra cosa, incluso por delante ...
Se define dependencia emocional como un estado psicológico que se manifiesta en las relaciones que se establecen con otras personas, especialmente en la relación de pareja. Estas relaciones se caracterizan por convertirse en destructivas porque se pone a la otra persona por encima de cualquier otra cosa, incluso por delante de uno mismo a pesar del sufrimiento y malestar que genera la relación. Es el otro, el principal motor de la propia vida, que se mueve en torno a la pareja y la relación, dejando en un segundo plano otros aspectos importantes de la vida como la familia, las relaciones sociales o las actividades personales que resultaban gratificantes.
Es posible no ser consciente de que estás inmersa en una relación de este tipo pero, si percibes que en tus relaciones personales mantienes un papel de sumisión, tienes la sensación de no poder vivir sin tu pareja y pensar en una ruptura te genera unos sentimientos de ansiedad y depresión que te sobrepasan y no puedes gestionar correctamente, es posible que estés viviendo una dependencia emocional.
Los expertos señalan que las relaciones de dependencia emocional presentan varias fases:
1-Fase de conocimiento
En esta primera fase se produce el conocimiento de otra persona que les interesa y se experimentan un entusiasmo y expectativas sobredimensionadas acerca de la posible relación. Al mismo tiempo, se elabora una imagen mental del otro idealizada en la que se convierte en la persona perfecta para construir la relación que tanto desean vivir.
2-Fase de sumisión
Tras iniciar la relación y para mantenerla en un estado perfecto en el que el otro sigue estando idealizado, se adopta una posición de sumisión al otro en la que los deseos y necesidades de la otra persona se ubican por encima de las propias provocando un desequilibrio negativo.
3-Fase de deterioro de la relación
El desequilibrio generado se va potenciando. Ala vez, se incrementan los sentimientos de inferioridad y se presenta una baja autoestima en la persona sumisa. Esta situación provoca la percepción de que, debido al escaso valor que la persona sometida tiene, va a ser abandonada. Ese miedo al abandono provoca una mayor sumisión y un mayor deterioro de la relación establecida.
4-Fase de ruptura
Cuando la temida ruptura llega, la persona sumisa y dependiente presenta un síndrome caracterizado por ansiedad de separación y síntomas depresivos. Estas emociones son tan intensas y difíciles de gestionar que la persona dependiente focaliza sus esfuerzos en retomar la relación, aunque sea una relación destructiva para ella.
5-Fase de búsqueda de nuevas relaciones
Si la relación no se retoma, la persona dependiente centra sus expectativas y esfuerzos conocer a una nueva persona para reducir su sentimiento de soledad. En este momento se inicia un nuevo ciclo.