Cada vez son más los especialistas que señalan la necesidad de tratar cuerpo y mente de manera integral, holística. La repercusión de una en otra se ha demostrado en numerosos estudios realizados tanto sobre las patologías físicas como las psicológicas. Los resultados no son concluyentes en todos los factores pero se ...
Cada vez son más los especialistas que señalan la necesidad de tratar cuerpo y mente de manera integral, holística. La repercusión de una en otra se ha demostrado en numerosos estudios realizados tanto sobre las patologías físicas como las psicológicas.
Los resultados no son concluyentes en todos los factores pero se ha confirmado una asociación entre la forma de afrontar la enfermedad y su evolución y vivencia. Entre ellos destacaría que:
1-La resiliencia frente al estrés se considera fundamental para la prevención y recuperación de los trastornos mentales, por ejemplo. La Real Academia Española de la Lengua define resiliencia como la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos que se presentan en un momento determinado en la vida de cada uno de nosotros.
Para que la resiliencia se produzca es necesario que percibamos la existencia de riesgo o adversidad, la presencia de recursos para compensar los efectos de la adversidad y una adaptación positiva a ella o la evitación de resultados negativos antes presencia.
Teniendo en cuenta estos factores, la resiliencia se puede considerar el proceso de adaptarse adecuadamente a una adversidad, trauma, tragedia, amenaza o fuente de tensión significativa, como, por ejemplo, problemas familiares o de relaciones personales, problemas graves de salud o situaciones estresantes producidas en el trabajo o a nivel financiero. Potenciarla resulta muy adecuado para lograr adaptarse al sufrimiento que supone, por ejemplo, vivir una enfermedad.
2-La calidad de vida se define como el bienestar subjetivo. Se integra en este término el juicio cognitivo (pensamiento) y el estado de ánimo (positivo y negativo) de cada uno de nosotros. La calidad de vida se relaciona también de manera directa con el estado de ánimo y la salud. Es fundamental disfrutar de calidad de vida y bienestar por lo que es preciso encontrar herramientas y estrategias (como la respiración, la relajación o el mindfulness, por ejemplo), que nos ayuden a vivir la enfermedad de una manera más positiva y adecuada.
3-Las estrategias de afrontamiento pasivas, las centradas en la emoción, las evitativas y las cognitivas se relacionan con un peor ajuste entre los pacientes con enfermedades que causan dolor, como la fibromialgia o la artritis, por ejemplo. Se considera que generan mayores niveles de dolor, discapacidad y emocionalidad negativa.
4-Las estrategias de afrontamiento activas, las que están centradas en el problema, las dirigidas al dolor y las conductuales se relacionan con un mejor funcionamiento psicológico, menor incapacidad y menores niveles de dolor. Las intervenciones psicológicas centradas en el afrontamiento adecuado de la enfermedad han mostrado reducciones en incapacidad y dolor.
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