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La despersonalización puede manifestarse como un trastorno primario o como un síntoma de otras afecciones de salud mental, como ansiedad, depresión o trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Según WebMd, la interacción multifacética entre factores biológicos, psicológicos y ambientales puede conducir a la despersonalización.
Los estudios de imágenes cerebrales funcionales que utilizan técnicas como fMRI (imágenes por resonancia magnética funcional) han revelado alteraciones en la actividad cerebral y la conectividad en regiones asociadas con el procesamiento autorreferencial, incluida la corteza prefrontal, la corteza cingulada posterior y la unión temporoparietal.
Además, las anomalías en los sistemas de neurotransmisores, en particular los sistemas glutamatérgico y GABAérgico, se han implicado en la despersonalización. La investigación ha demostrado que la desregulación en estos sistemas puede contribuir al sentido alterado de sí mismo que experimentan las personas con despersonalización.
Los factores psicológicos juegan un papel crucial en la despersonalización. Las experiencias traumáticas, como el abuso físico o emocional, la negligencia o los accidentes, se han identificado como desencadenantes potenciales de la despersonalización. Las personas que han experimentado un trauma pueden desarrollar la despersonalización como un mecanismo de defensa para hacer frente a las emociones y el estrés abrumadores.
Además, se ha encontrado que altos niveles de ansiedad, rasgos obsesivo-compulsivos y una tendencia a la disociación están asociados con la despersonalización. Estos factores psicológicos interactúan con otros elementos, contribuyendo aún más al desarrollo y persistencia de los síntomas de despersonalización.
La despersonalización se caracteriza por diversas alteraciones cognitivas y perceptivas. Las personas pueden describir sentirse como si se estuvieran observando a sí mismas desde la distancia, viviendo en un estado de ensueño o careciendo de un sentido de agencia sobre sus acciones. La percepción del tiempo puede distorsionarse y el mundo puede parecer irreal o distorsionado, lo que lleva a una mayor sensación de desapego.
La investigación ha destacado alteraciones en la atención, la memoria y el autoprocesamiento en la despersonalización. Por ejemplo, las personas con despersonalización tienden a exhibir un enfoque atencional reducido en las sensaciones corporales internas, lo que lleva a un mayor desapego de su yo físico.
Foto principal: Pexels
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