Escoger la nevera que mejor se adapte a tus necesidades es un primer paso importante para mejorar su uso posterior y maximizar las ventajas que cada modelo presenta. Aunque todas son objetivamente buenas, no todas cumplen tus criterios. Piensa en lo que de verdad necesitas en cuanto a las especificaciones ...
Escoger la nevera que mejor se adapte a tus necesidades es un primer paso importante para mejorar su uso posterior y maximizar las ventajas que cada modelo presenta. Aunque todas son objetivamente buenas, no todas cumplen tus criterios. Piensa en lo que de verdad necesitas en cuanto a las especificaciones técnicas y el tamaño que te interesa y mejor se adapte a tus circunstancias.
En casa, es preciso ubicarla en la zona adecuada, donde te resulte cómoda y accesible. Cuando empieces a llenarla, evita pensar que es un espacio en el que puedes introducir todo lo que quieras meter dentro sin orden ni concierto. Esta actitud genera problemas como la contaminación por patógenos que pasan de unos alimentos a otros por estar mal protegidos o la falta o el exceso de frío en los alimentos que se ven afectados por ello y se estropean, por ejemplo.
Resulta fundamental:
1-Colocar cada alimento en un lugar adecuado a sus requerimientos de temperatura y humedad.
2-Considerar que no debe estar totalmente llena porque es necesario que el aire circule libremente en su interior.
3-Evitar colocar la leche y los huevos en la puerta porque, cada vez que la abras, la temperatura a la que se somete el alimento varía (aumenta hasta los 9 grados cuando la ideal de conservación no debe superar los 4 grados).
4-Poner en la zona superior los envases abiertos, los huevos y los lácteos (quesos, yogures, mantequillas, etc.) donde las temperaturas son adecuadas para mantenerlos en buen estado.
5-Colocar en la zona central embutidos, alimentos precocinados (en cuya etiqueta se indica: "una vez abiertos conservar en frío"), pasteles, comida elaborada por nosotros mismos (lo que normalmente llamamos "sobras" perfectamente cerradas y enfriadas antes de introducirlas en la nevera), etc. disponiendo delante y lo más accesible que sea posible los artículos que caduquen antes.
6-Situar en la inferior carnes, pescados, etc. que necesitan temperaturas más bajas y pueden gotear, por lo que estropearían los alimentos que estuviesen debajo. No es recomendable que permanezcan sin ser cocinados más de 48 horas y deben estar perfectamente cerrados hasta el momento de ser utilizados.
7-Meter en los cajones inferiores las frutas y verduras que precisen bajas temperaturas para conservarse. Manzanas, peras, naranjas, acelgas y espinacas, por ejemplo. deberían ocupar esta zona y sin bolsas que provoquen su deterioro con mayor rapidez.
8-En las puertas laterales lo más adecuado es colocar las bebidas que deseamos enfriar. También pueden colocarse salsas, mermeladas, etc. antes de ser abiertas y que no precisen un control exhaustivo de la temperatura.
9-Limpiar la nevera de manera habitual con agua y jabón y secarla con un paño limpio para evitar el crecimiento de las bacterias que sobreviven a bajas temperaturas.