Ya estamos sufriendo el calor del verano. Isabel López Quiroga, Farmacéutica del Servicio de Información Técnica del COFM, explica que "hablamos de ola de calor cuando se produce un período prolongado de temperaturas ...
Ya estamos sufriendo el calor del verano. Isabel López Quiroga, Farmacéutica del Servicio de Información Técnica del COFM, explica que "hablamos de ola de calor cuando se produce un período prolongado de temperaturas muy altas, que pueden desbordar los mecanismos de regulación de la temperatura corporal y provocar consecuencias graves para la salud de la población". Dichas consecuencias, indica la farmacéutica, "serán de mayor o menor gravedad, dependiendo del estado general de cada persona, del tipo de alerta y de las medidas preventivas que se tomen", aunque niños y ancianos son especialmente vulnerables.
En primer lugar, "debemos distinguir entre insolación y golpe de calor, ambos se producen por un aumento de la temperatura corporal, que puede alcanzar o superar los 40ºC, tras la exposición a altas temperaturas". En el caso de la insolación aparece por la exposición directa y prolongada a la radiación solar, no siendo el cuerpo capaz de regular su propia temperatura ya que pierde agua y sales minerales (principalmente sodio, potasio). Mientras que el golpe de calor, aclara López Quiroga, "se puede producir en un entorno cerrado mal ventilado o a la sombra por ejemplo haciendo ejercicio intenso, dentro de los coches…"
Existen algunos factores de riesgo, además del calor, que aumentan la posibilidad de poder sufrirlo como son el sobrepeso, sedentarismo, hipertensión, diabetes, insuficiencia renal, enfermedad cardiovascular, condición física, la toma de algunos medicamentos, edad avanzada.
En cualquier caso, "conocer la sintomatología es fundamental para poder reaccionar a tiempo. Los síntomas son muy similares, entre ellos nos encontramos con dolor de cabeza, náuseas, vómitos, diarreas, calambres visión borrosa, sed, fiebre, cansancio, temblores, convulsiones, taquicardia, irritabilidad. En la insolación aparece, sin embargo, un exceso de sudoración y la piel enrojecida, mientras que en el golpe de calor la piel está enrojecida, caliente, pero está seca. "En los casos más graves hay pérdidas de conciencia, convulsiones, dificultad respiratoria y si la temperatura se eleva de manera incontrolada puede dar lugar a un colapso de los órganos internos, produciendo un fallo multiorgánico que puede desembocar en muerte. Dependiendo de la gravedad, la recuperación variará, en general la persona suele restablecerse en 24- 48h, si no se interviene a tiempo podrían quedar secuelas", alerta.
La farmacéutica del Colegio Oficial de Farmacéuticos de la Comunidad de Madrid especifica algunas precauciones a tener en cuenta para evitar el peligro de las altas temperaturas:
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