Se definen las habilidades sociales como las conductas que realizamos cuando establecemos cualquier tipo de relación con los demás. Se establecen en todos los ámbitos de nuestra vida (laboral, académico, familiar y social, entre otros). Tener este tipo de habilidades nos aporta una mayor capacidad para lograr los objetivos que deseamos obtener, mantienen nuestra autoestima a niveles adecuados y nos permite vivir sin hacer daño a las personas que nos rodean.

Las conductas implementadas se centran básicamente en el autocontrol emocional y el dominio de las habilidades de comunicación. Nos permiten expresar emociones, derechos, sentimientos, actitudes, deseos y opiniones, por ejemplo y pedir favores o negarnos a hacer algo por los demás, sin que esta actitud suponga entrar en conflictos con otras personas.

El déficit de habilidades sociales se manifiesta de maneras diferentes y genera problemas en las relaciones con los demás. Puedes reconocer que te encuentras en esta situación si te resulta difícil relacionarte con otras personas, si te resulta complicado mantener tus relaciones sociales, si percibes que tu relación de pareja no es la deseable, si tienes problemas para negarte a hacer lo que te piden otras personas o no eres capaz de que los demás respeten tu opinión, por ejemplo.

De manera general, las personas que presentan problemas asociados a la falta de habilidades sociales tienen dificultades para expresar o recibir elogios, decir que no cuando no quieren aceptar las peticiones que les hacen los demás, expresar de manera eficaz sus opiniones, son incapaces de hacer valer sus derechos, expresar o aceptar las críticas de los demás, pedir a otras personas que modifiquen conductas inadecuadas y gestionar conflictos interpersonales.

Los expertos señalan que es posible mejorar las habilidades sociales mediante el aprendizaje adecuado de ciertas características:

1-La comunicación verbal y no verbal, porque ayuda a transmitir eficazmente emociones e informaciones. La coincidencia entre lo que expresamos oralmente y nuestra postura es fundamental para transmitir credibilidad, por ejemplo.

2-El manejo de la ira personal y de otras personas. ¿Enfadarte te aporta algo? ¿Resuelve algo?

3-La empatía permite comprender la postura de otra persona aunque no sea compartida por uno mismo y evita innecesarias discusiones.

4-La asertividad es la clave que te ayuda a aumentar la capacidad para expresar tus sentimientos, derechos, opiniones y deseos con seguridad y sin molestar o hacer daño al otro.

5-La resolución de conflictos favorece el desarrollo de la capacidad de negociación y de generación de acuerdos satisfactorios para todas las partes implicadas en la discusión.

Si crees que tienes dificultades para conseguirlo, pide una cita a un psicólogo especializado en este tipo de conductas. Te ayudará a conseguir mejorar la situación mediante una terapia personalizada que aumentará tu bienestar y calidad de vida.