Cuando el riñón presenta alguna alteración, cualquier decisión debe ser tomada por el médico que, normalmente, va a actuar a varios niveles que confluirán en mejorar la actividad de ese riñón dañado: 1-Controlar la presión arterial y, si es posible, tratar la enfermedad original. Se usan fármacos que protegen al riñón. 2-Seguir ...
Cuando el riñón presenta alguna alteración, cualquier decisión debe ser tomada por el médico que, normalmente, va a actuar a varios niveles que confluirán en mejorar la actividad de ese riñón dañado:
1-Controlar la presión arterial y, si es posible, tratar la enfermedad original. Se usan fármacos que protegen al riñón.
2-Seguir una dieta baja en proteínas para prevenir el empeoramiento de la enfermedad renal, pues se ha comprobado que la dieta hipoproteica retrasa la aparición de los síntomas de uremia. Lo recomendado es consumir las proteínas como segundo plato en raciones pequeñas. Si la función renal empeora, deberíamos reducir la cantidad de proteínas ingerida y utilizar, en todo caso, las que tienen un alto valor biológico. Existe la posibilidad de utilizar fórmulas comerciales con una proporción idónea de nutrientes que cubran los requerimientos y reduzcan el riesgo de malnutrición.
3-Adecuar la ingesta de grasas y carbohidratos para alcanzar el requerimiento energético óptimo. Se calcula que los carbohidratos aportarán el 45-55% de las calorías y las grasas un 35-45%. Se recomiendan hidratos de carbono complejos y grasas insaturadas, preferentemente de origen vegetal. Si el índice de lípidos en sangre se incrementa, deberíamos reducir la ingesta de grasas para evitar el riesgo de arteriosclerosis.
4-Beber agua en cantidad suficiente, determinada por el especialista y que no suele restringirse hasta fases avanzadas.
5-Reducir el sodio hasta niveles que eviten la aparición de hipertensión arterial o retención de líquidos y limitar el potasio.
6-Controlar el calcio, fósforo y vitamina D. La ingesta de fósforo debe limitarse porque, al amentar, disminuye el calcio (a lo que se une que la reducción de vitamina D genera su menor fijación al hueso). Normalmente se aportará eritropoyetina, vitamina D3, calcio y quelantes de fosfato.
7-Prevenir la evolución y tratar la causa subyacente del problema renal (diabetes, hipertensión, etc.).
8-La diálisis es una terapia usada para proporcionar un reemplazo artificial para la función renal perdida que pretende eliminar los desechos y el exceso de líquido. El inicio del tratamiento depende de la situación del paciente y debe ser pautada por el especialista. Aunque hay otras posibilidades, suelen utilizarse:
-Hemodiálisis que es la forma más frecuente y se lleva a cabo en un centro de diálisis 3 veces a la semana durante 3-5 horas cada sesión.
-Diálisis peritoneal en la que se usa el revestimiento abdominal como filtro natural y se realiza en el domicilio del paciente a diario.
Las necesidades nutricionales de los pacientes dializados se modifican, que debe ser tenido en cuenta al organizar la dieta, siendo preferible una dieta baja en proteínas y sodio.
9-Cuando la situación lo requiera, se realizará un trasplante renal, que consiste en colocar un nuevo riñón en la pelvis del enfermo, en el momento en que se encuentre un donante adecuado.
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