Con el tiempo y a medida que vamos cumpliendo años, el pelo va dejando atrás su color natural para cubrirse de blanco debido a la pérdida de melanina, que es la que aporta tonalidad a nuestro cabello. Este proceso se produce de forma paulatina y no a todas nos salen las mismas canas por igual. Los malos hábitos alimenticios, el estrés, los factores genéticos, el tabaco, el alcohol o llevar una vida sedentaria pueden acelerar el proceso. Si no quieres sentirte en la obligación de pasar por tu salón de belleza de confianza cada corto periodo tiempo, prueba a ponerle remedio con estos consejos. Accesorios como diademas, pañuelos, horquillas o pasadores pueden ser ideales para disimular aquellas zonas en las que las canas comienzan a tener presencia. Ahora que en el verano están en auge las gorras, sombreros o gorros, además de utilizarlos para protegerte del sol, te ayudarán a no dejar la raíz al descubierto. Que estás de viaje o tienes un acontecimiento próximamente y por temas de agenda no has podido ir a la peluquería, hazte con un spray para cubrir esos temidos pelos blanquecinos que se han presentado en tu cuero cabelludo. Al contar con un difusor podrás atinar con una mayor precisión. Tras aplicar el producto tendrás que dejar que se seque durante unos segundos. Si tienes miedo a poner la casa perdida de manchas o no te fías de tu pulso, hay también unos cepillos similares a los de una máscara de pestañas que te ayudarán a retocar las canas peinando la raíz. Pero no son las únicas soluciones que ofrecen en el mercado. Otro producto parecido a un estuche de sombra de ojos es el maquillaje para canas en polvo, que se acompañan de un pincel para poder extenderlos con facilidad.

Cortar el pelo en capas te servirá para darle movimiento a tu cabellera y camuflar un poco las canas, la incorporación de flequillo podría ser una buena idea, así como apostar por la media melena. A la hora de peinarlo, prioriza hacerte unas ondas o unos rizos en vez de alisarlo. Evita la raya al medio y apuesta por la de lado, siempre y cuando no haya pelos blancos a la vista. Las trenzas y recogidos te vendrán de perlas para disimular este pequeño inconveniente.

Otros recursos que están a tu alcance sin llegar a teñir tu pelo del todo son los reflejos, que aportan unas pinceladas de color a tu cabello de una forma sutil y crean contraste con tu color natural. En cambio, con el baño de color se cubre el cuero cabelludo al tiempo que le proporcionas brillo, no tiene tanta duración como un tinte permanente porque a medida que vayas lavando el pelo este irá desprendiéndose del color adquirido, pero así evitarás que se estropee. Además, con este producto consigues cambiarte de look por un tiempo momentáneo y si te gusta repites y si no lo dejas estar. En el caso de que tengas muchas canas y busques una solución más inmediata, prueba con el gris platino, que tan de moda está. No necesitarás tanto mantenimiento y no hace falta tocar la raíz, de modo que esta tonalidad se mimetizará con el resto del cabello y con tus canas.

FOTO PRINCIPAL.: Foto de Rendy Novantino en Unsplash.