El pasado 14 de julio comenzaba lo que, sin duda, fue para mi una experiencia muy diferente. Una alternativa de fiesta, de ocio, de aprendizaje, pero sobre todo, de conciencia, pero de conciencia de verdad. Entre más de cuatro mil personas vibrando hacia un mismo propósito compartido de ser, arrancó The Festival of Conciousness, un espacio donde se respiró un aire de fraternidad compartido, donde el amor estuvo presente en todas y cada una de las prácticas propuestas por algunos de colaboradores que hicieron posible esta mega reunión.

"El festival, un espacio diseñado para fomentar el pensamiento crítico y explorar las diferentes dimensiones de la humanidad a través del lente de la conciencia, es nuestra pequeña contribución a la evolución consciente de nuestra especie", un reclamo que desde el festival se hizo presente durante las más de 100 actividades que en apenas dos días se llevaron acabo en el CCIB Forum de Barcelona.

Un festival único en el mundo

Un movimiento de consciencia donde disciplinas como el arte, la espiritualidad, la ciencia, la tecnología, los negocios, la educación y el activismo estuvieron presentes e interconectadas a través de experiencias tan diversas como talleres, charlas, conferencias, actividades inmersivas, clases de yoga etc... fueron propuestas y dirigidas por algunos de los mejores profesionales dedicados al universo de la conciencia como: Sergi Torres, Borja Vilaseca, Daniel Lumera..., y más de 90 ponentes, como Dafne Schilling, Andrea Lacoste, Elma Roura, Pau Inspirafit, Sarah Florance...

Todos unidos en un entorno cercan a la playa de Barcelona que, sencillamente, fue único e inspirador. Por mi parte, y sin palabras para definir exactamente lo que allí ocurrió, personalmente, me quedo con mi reflexión personal después de vivir intensamente dos días de festival, cargado de experiencias profundas compartidas con personas que, sin conocernos, nos hacemos sabedoras de que el amor, definitivamente, y hasta el infinito, es como la verdad, la única respuesta.

Práctica de yoga

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Ceremonia de rapé y cacao

Un epudimos experiementar el gozo de abrir el corazón, de abrirnos en un viaje hacia dentro de nosotros mismos, donde el saber o acercarnos en profundidad hacia quienes somos en esencia desde lo más profundo puede cambiarnos definitivamente la vida. Más bien no cambiarnos, sino dejarnos ser libremente como somos en realidad y vivir en consonancia con ello.

La propuesta, realizada gracias a la dirección de "Avalon´s retreats in Barcelona" de la mano de Alejandro Carbó, estuvo compuesta de dos partes, la primera, una ceremonia de rapé donde experimentamos una apertura de conciencia; un viaje muy personal pero compartido que supone el inicio hacia la transformación, que cada uno de los allí presentes pretende en su vida, en definitiva hacia el amor por uno mismo, y en vibración con los demás seres allí presentes y desde otra u otras dimensiones.

Ser concientes de ser una mota de polvo en el universo que se juntan paara crear un espacio verdadero, sin caretas, sin juicios y sin una mayor pretensión ni expectativa que vivir un momento de paz y comunión con el amor. Gracias a Paula López pudimos experiementar un bonito viaje de compasión, rendición y curación a través del rapé; un elemental superior, una planta derivada del Tabacum maestra, que nos ayuda a vibrar a estar más presentes y conectados a tierra; una planta no estimulante sino curativa cuyas potenciales propiedades son:

• Ayuda a expulsar el moco y parásitos nasales.

• Elimina el exceso de flema acumulada.

• Alivia alergias, sinusitis, rinitis y migraña.

• Elimina dolor de cabeza.

• Permite alcanzar estados de meditación muy profundos.

• Limpia, ordena y alinea los campos energéticos, especialmente chacras del tercer ojo y coronilla.

• Aquieta el pensamiento.

• Equilibra el lado masculino (derecho) y femenino (izquierdo) alcanzando un estado de armonía interna.

• Libera energías negativas.

Un momento de gracia donde todos a uno pudimos experiementar estar presentes desde otro punto vibratorio más alto. La segunda parte vino dirigida por Marta Salcedo y una posterior y complementaria ceremonia de cacao terminaba de confirmar una apertura de corazón completa en cada uno de nosotros.

Una ceremonia de cacao es una forma de honrar todo el camino que tuvo que recorrer el cacao para convertirse en ofrenda. Durante la ceremonia se le canta y se le reza para fijar una intención para las personas que asisten, al igual que en la ceremonia de rapé, se comienza al entrar en contacto con el cacao, mientras la facilitadiora lo parte y siente su aroma, siente su textura mientras vas picando la barra hasta calentarlo poco a poco y dejarlo reposar antes de servirlo a los asistentes.

Con el primer sorbo de cacao en nuestro paladar, saborearlo y tragarlo hasta hacernos sabedores de estar en un círculo de contención amorosa, donde nos abrimos a conectar con nuestro corazón, escucharlo y sentirlo y en esa profunda conexión honrar a aquella o aquellas personas que necesitamos y que nos necesitan, porque al final y donde siempre fue así desde el principio, todo es amor y nada en ese momento impide eso.

Gracias por hacer posible este festival.

¿Para cuando un festival así en Madrid?

Gracias a la compañia: Kimberly Valladares y Eva, y a los grandes momentos compartidos junto con otras personas maravillosas descubiertas.

Namasté

Foto principal: E. Grijota