Después de que se dieran varios casos de botulismo en varios puntos de nuestro país por la ingesta de tortillas de patata envasadas conviene conocer qué la causa, los síntomas y que se puede hacer, en la medida de lo posible para evitar esta intoxicación alimentaria. Si nos vamos a la definición de la RAE podemos saber que se trata de una "enfermedad producida por la toxina de un bacilo específico contenido en los alimentos envasados en malas condiciones". Esta no puede traspasarse de una persona a otra, como bien indican de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero su formación y propagación se da "en productos con bajo contenido de oxígeno y en algunas combinaciones de temperatura de almacenamiento y parámetros de conservación", explican desde el organismo. Suele manifestarse en "conservas, alimentos inapropiadamente procesados, enlatados o embotellados en casa", informan. Cuando la bacteria entra en contacto con el comestible es que este "no cambia de ni de olor, ni de sabor, ni de color, por lo que no se puede detectar al probarlos", advierten en salud.mapfre.es. Una vez que el usuario ha comido un producto intoxicado, comienza a presentar síntomas entre las 12 y las 36 horas posteriores a su consumo, siendo los más habituales: dificultad para respirar, tragar o hablar, ver borroso, notar la boca seca o que aparezcan las náuseas y vómitos, entre otros, tal y como enumeran en la página anterior. En la OMS establecen un conjunto de medidas para prevenir su aparición: fijarse en que los métodos de "calentamiento, esterilización e higiene" sean los adecuados y ponen el acento en que "la ebullición puede destruir las formas vegetativas de la bacteria, pero las esporas pueden seguir siendo viables tras horas de ebullición, aunque es posible matarlas con tratamientos a muy altas temperaturas, como el enlatado comercial". Por su parte, destacan que "la pasteurización comercial no siempre es suficiente para matar todas las esporas" y explican que "las temperaturas de refrigeración combinadas con el contenido de sal y/o las condiciones de acidez impedirán el crecimiento de la bacteria y la formación de toxinas". Asimismo, conviene fijarse en que se deben "separar los alimentos crudos y los cocidos", los alimentos se deben someter a una "cocción total", es recomendable que se conserven a unas "temperaturas seguras" y es aconsejable que se "utilice agua potable e ingredientes crudos seguros", apuntan.

Pero esta no es la única manera en que el botulismo puede transmitirse, ya que, según reconocen en la OMS, los bebés en periodo de lactancia pueden llegar a "ingerir esporas de C. botulinum que germinan como bacterias, colonizan el intestino y liberan toxinas". De este modo, se pide a sus progenitores que no suministren "miel a los lactantes menores de un año". La segunda forma en que puede aparecer es por inhalación, que está relacionado cuando se dan "sucesos accidentales o intencionales que dan lugar a la liberación de toxinas en aerosoles", comunican. La transmisión de botulismo por producirse una herida "puede provocar una infección peligrosa similar al tétanos", informan en salud.mapfre.com. Y ya para terminar, y como curiosidad, ¿sabías que esta misma bacteria se emplea en "la fabricación de botox?" Aunque como bien informan en la Organización Mundial de la Salud, "los tratamientos con botox utilizan el tipo A de nuerotoxina botulínica muy diluida y purificada. El tratamiento se administra en entornos médicos adecuados a las necesidades del paciente, y habitualmente es bien tolerado, aunque en ocasiones se han observado efectos secundarios".

FOTO PRINCIPAL.: Foto de Elena Leya en Unsplash.