La Hidratación es el secreto para mantenerte fresca: Cuando las temperaturas suben, la hidratación se convierte en la clave para sentirnos frescas y saludables. Es fundamental beber suficiente agua durante todo el día. Puedes llevar siempre contigo una botella de agua y programar recordatorios para beber si es necesario. Además, incorpora bebidas frescas como agua de coco, infusiones frías o agua con rodajas de frutas para hacerlo más apetecible.

Vístete con ropa fresca y cómoda: Opta por prendas ligeras, sueltas y de tejidos transpirables como algodón o lino. Los colores claros reflejan el calor y te mantienen más fresca que los oscuros. Los vestidos veraniegos, las faldas y las blusas sin mangas son excelentes opciones para mantener el estilo sin sacrificar la comodidad.

Protege tu piel del sol: El uso de protector solar es imprescindible para proteger nuestra piel de los dañinos rayos del sol. Aplica protector solar de amplio espectro con un FPS adecuado antes de salir de casa y vuelve a aplicarlo cada dos horas si estás al aire libre. También puedes utilizar sombreros de ala ancha y gafas de sol para proteger tu rostro y ojos.

Cuida tu cabello del calor: El cabello también sufre con el sol y el calor. Utiliza productos con protección UV para evitar daños y la pérdida de color. Recoge tu cabello en coletas, trenzas o moños para mantenerlo fuera del cuello y la espalda, y así sentirte más fresca.

Busca lugares frescos y sombreados: Cuando el calor es insoportable, busca refugio en lugares con aire acondicionado, como centros comerciales, bibliotecas o cines. Si estás al aire libre, busca sombra bajo árboles o utiliza sombrillas para protegerte del sol.

Usa ventiladores y aires acondicionados: Si tienes la posibilidad, utiliza ventiladores o aires acondicionados en tu hogar para mantenerlo fresco. Si no los tienes, coloca una bandeja con hielo frente al ventilador para que el aire se enfríe antes de llegar a ti.

Refréscate con duchas o baños frescos: Una ducha o baño fresco puede ser revitalizante y te ayudará a mantener una temperatura corporal agradable. También puedes utilizar toallas húmedas y frías para refrescarte durante el día.

Opta por comidas frescas y ligeras: Elige alimentos frescos y ligeros, como ensaladas, frutas, verduras y alimentos a la parrilla. Evita comidas pesadas y calientes que pueden aumentar tu temperatura corporal y hacerte sentir pesada.

Practica ejercicio en horarios adecuados: Si te gusta hacer ejercicio al aire libre, elige los horarios más frescos del día, como temprano en la mañana o al final de la tarde. Evita las horas de mayor calor para prevenir la deshidratación y el golpe de calor.

Descansa y escucha a tu cuerpo: El calor puede ser agotador, así que asegúrate de descansar lo suficiente y escuchar a tu cuerpo. Si sientes fatiga o síntomas de agotamiento por calor, busca un lugar fresco y bebe agua para recuperarte.