Para aquellos en el camino espiritual, la enseñanza de Buda de que el apego es la raíz del sufrimiento es una verdad total y que ya nos suena familiar. Sabemos que cuando negamos la impermanencia de este mundo, nos exponemos al surgimiento de emociones dolorosas.

Y, sin embargo, el conocimiento del sufrimiento por venir a menudo no es suficiente para frenar nuestro reflejo de aferrarnos a lo que no puede permanecer. Somos humanos, después de todo.

Cómo saber cuándo es el mejor momento de hacer un ritual de corte de cordón

Es por eso que los rituales pueden ser tan transformadores cuando queremos liberarnos de un apego que nos está causando daño. A través de la ceremonia, creamos una experiencia tangible que nos ayuda a encarnar ideas que normalmente viven en abstracto. Podemos crear un punto de inflexión con un antes y un después claro.

Una de las mejores prácticas para liberar apegos inútiles es un ritual de corte de cordón, una práctica que corta los lazos energéticos que lo mantienen conectado y apegado a personas y situaciones que ya no sirven para su mayor bien. Cuando un ritual de corte de cordón tiene éxito, recuperas el control de tu energía y eres libre de ser más intencional sobre cómo la diriges y con quién la compartes.

Si bien es cierto que el apego trae sufrimiento, también es cierto que somos seres relacionales. Las relaciones nutritivas y compasivas con los demás son tan vitales para nuestro bienestar espiritual como la capacidad de soltar y aceptar el cambio. Liberarnos de nuestros apegos a los demás no significa renunciar a nuestra necesidad de conexión. En cambio, significa dejar de lado nuestra necesidad de controlar y aceptar la naturaleza transitoria de nuestro tiempo juntos.

Cortar tu vínculo energético con otra persona solo se vuelve necesario cuando tu apego a esta persona está drenando tu fuerza vital y causándote sufrimiento. Es importante destacar que cortar los lazos no es lo mismo que sacar a una persona de tu vida. En cambio, se puede pensar en llamar la energía que les has dado y devolver la energía que les has quitado.

Si experimentas una mayor necesidad de control en su relación o asumes las cargas de otra persona como propias, un ritual de corte de cordón puede ayudarlo a restablecer el equilibrio, sin terminar la relación.

Por otro lado, este ritual también se vuelve necesarios cuando una persona se ha ido de tu vida y sientes que te quedas estancado en el pasado, incapaz de dejar atrás tu apego. Los rituales de corte de cordón se practican comúnmente después de una ruptura cuando parece imposible dejar ir lo que una vez tuviste.

Cómo practicar un ritual de corte de cordón

La clave para hacer un ritual de corte de cordón es la visualización: visualizarse a sí mismo cortando el cordón emocional entre tú y otra persona ayuda a su mente a aceptar y comprender verdaderamente que está liberando este apego. Dado que esta imagen, la imagen de un cordón literal que se corta, es el corazón del ritual, el ritual puede adaptarse y personalizarse por completo. Sin embargo, hay algunos pasos básicos para ayudarlo a comenzar.

Primero, puedes practicar el ritual en meditación. Puedes hacer tu práctica estándar de meditación sentada, enfocándote en tu respiración, tus pensamientos y el momento presente.

Una vez que te sientas conectada a tierra en el momento presente, puedes recordar a la persona con la que intentas cortar los lazos, visualizando un lazo que los conecta a ambos.

Luego, en tu visualización, imagínate usando unas tijeras para cortar este cordón. En voz alta o internamente, verbalice lo que está haciendo. Puedes decir, me libero de este apego que ya no me sirve. Estas no son palabras mágicas a las que debe adherirse. Hablar con una intención genuina es lo que más importa, sin importar cómo lo expreses.

Cuando sienta que el ritual está completo, puede salir de la meditación. Y para conexiones verdaderamente obstinadas, puedes practicar este mismo ritual con accesorios, atando una cuerda entre dos velas y usando tijeras reales para cortar el cordón literal y metafórico. Puedes volver al ritual tantas veces como quieras.

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