Disruptores endocrinos: qué son, donde están

Rosa Girona Roig

Conocer al enemigo nos ayuda a mejorar nuestra defensa. Así es con los disruptores endocrinos, una serie de sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal del organismo humano y generar su disfunción. Mar Santamaria, Responsable de Atención Farmacéutica nos ayuda a detectarlos y mantenerlos a raya.

20/08/2023

Uno de los mayores problemas en relación a estas sustancias, es que, por lo general, su efecto sobre el organismo es acumulativo e irreversible, y se pueden transmitir de una generación a otra sin que se haya manifestado patológicamente. Están por todas partes, en la contaminación del aire que respiramos, en ...

Uno de los mayores problemas en relación a estas sustancias, es que, por lo general, su efecto sobre el organismo es acumulativo e irreversible, y se pueden transmitir de una generación a otra sin que se haya manifestado patológicamente.

Están por todas partes, en la contaminación del aire que respiramos, en los alimentos que ingerimos, en las prendas que vestimos… ¡Y hasta en el polvo de casa! Efectivamente, hablamos de los disruptores endocrinos. Pero, ¿qué son?, ¿por qué arman tanto revuelo y se habla de ellos cada día más?

Los disruptores endocrinos son una serie de sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal del organismo humano y generar su disfunción, lo que puede llegar a contribuir, junto a otros factores, a diferentes enfermedades relacionadas con la salud reproductiva de la mujer, trastornos de la función reproductora masculina, enfermedades neurológicas, trastornos metabólicos, cáncer de tiroides o trastornos cardiovasculares.

Consejos para marcar distancia con los disruptores endocrinos

Estas sustancias pueden entrar en nuestro cuerpo a respirando, a través de los alimentos que consumimos o, incluso, a través del contacto directo con nuestra piel. Algunos de ellos, con gran afinidad por nuestro tejido graso, hasta pueden permanecer durante años en el organismo, habiendo quedado "almacenados".

Sin obsesionarnos, podemos tomar algunas medidas para minimizar la exposición a estas sustancias y, así, contribuir a cuidar de nuestra salud. En este sentido, Mar Santamaria, Responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma, comparte todos los consejos necesarios para mitigar la exposición a los disruptores:

1. Aspira los suelos; es mejor que barrerlos. Así, no inhalamos el polvo que se genera dentro de casa.

2. Ventila bien el domicilio y el lugar de trabajo diario, para evitar que los contaminantes queden retenidos en el interior.

3. El aire exterior de las ciudades y núcleos urbanos no es, precisamente, el paradigma del aire puro. Contar con un sistema de purificación del aire, como, por ejemplo, los filtros de aire, será una buena opción.

4. La alimentación es una importante fuente de entrada de disruptores endocrinos. Reduce o evita el consumo de productos muy procesados. Ten en cuenta que, a más procesamiento de un alimento, más carga de sustancias poco saludables, incluidos los disruptores.

5. Prioriza los alimentos frescos, de temporada y de proximidad (por la misma razón anterior).

6. Incorpora algunos alimentos ecológicos a la cesta. No es viable llenar todo el carro de la compra con alimentos "eco", tanto por su elevado precio como por disponibilidad limitada. Pero, sí puedes optar por algunos alimentos. Su valor nutricional será el mismo, pero el aporte de pesticidas es menor.

7. Lava y pela bien las frutas y verduras, para eliminar los pesticidas que pueda haber en la piel.

8. Siempre que sea posible, escoge envases de vidrio a la hora de conservar y almacenar alimentos (el vidrio es un material más inerte y con una vida útil más duradera).

9. No rasques las latas de conserva para sacarles el contenido: te estarás comiendo algo más que unos berberechos o una porción de atún.

10. Mantén una dieta variada: así disminuyes el riesgo de exposición a un mismo contaminante.

11. Limita frituras y tostados (por su aporte en acrilamida, una sustancia química que se crea de forma natural en productos alimenticios que contienen almidón), así como los alimentos quemados y requemados (la parte negra está repleta de benzopirenos ¡y son cancerígenos!)

12. Niños y mujeres embarazadas o lactantes deben evitar el consumo de pescado de gran tamaño por la acumulación en metales pesados que contienen: atún rojo, pez espada, lucio… Es recomendable consumir pescado azul de tamaño pequeño.

13. Lleva a reciclar las sartenes viejas que tengas en casa y reemplázalas por unas nuevas.

14. A la hora de vestir, prioriza la ropa hecha con tejidos naturales y producción de proximidad. Evita la tentación de la "fast fashion": no es ni sostenible, ni saludable. Al final de su vida útil, deposita la ropa en puntos de reciclaje.

15. ¡Mantén una vida activa! Practicar ejercicio físico de manera regular favorece que los órganos encargados de metabolizar y eliminar toxinas y contaminantes funcionen mejor.

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