La idea de la rutina suena como estar encerrada en un granero, puedes ser capaz de ver la luz, oler la hierba y escuchar pajaritos pero sin poder salir nunca. En otras palabras, ...
La idea de la rutina suena como estar encerrada en un granero, puedes ser capaz de ver la luz, oler la hierba y escuchar pajaritos pero sin poder salir nunca. En otras palabras, eso es resistirse a la rutina, al hastío de que todos los días sean casi iguales (al menos en la forma) y sin casi poder hacer naad nuevo para evitarlo.
Sin embargo, sus poderosos efectos en el estado de ánimo son particularmente buenos, sobre todo en casos de reducción de la ansiedad, entre otras muchas cosas. Los niños se benefician de una buena rutina de sueño, y también, de paso, lo hacen los adultos. Una misma hora constante de acostarse y despertarse regula nuestro reloj biológico interno, mejora la calidad y duración de nuestro sueño y estabiliza el estado de ánimo.
Si mantener un sueño regular es esencial para evitar desajustes mentales y en cambios bruscos en el estado de ánimo, al final, se hace muy necesaria la idea de seguir una rutina ya sea para dormir, comer o hacer ejercicio. Para todo, la rutina también le puede dar un sentido a la vida.
Porque es una de las claves del éxito, al igual que la constancia, tanto para metas, objetivos y para muchas cosas en la vida, la rutina es un arma de un valor incalculable. Pero siempre se puede inyectar algo de emoción y flexibilidad a tu rutina, haciéndola más placentera y sostenible.
Las rutinas no tienen por qué ser solitarias. Conseguir que otras personas se unan puede hacerlos divertidos y eficaces. Configúrelo para comunicarse entre sí (preferiblemente por la mañana) para brindar apoyo y aliento mutuos.
Superar la "tristeza rutinaria" muchas veces consiste en desafiar nuestra propia resistencia y hacer lo contrario de lo que nos apetece. Una herramienta de la terapia dialéctica conductual (DBT), es el poder de la acción opuesta.
La rutina es particularmente difícil cuando una está muy decaída. Y la única rutina que se quiere hacer es esconderme debajo de las sábanas y no queres saber nada de nadie. Pero aunque lo único que quiero hacer es quedarme en la cama, puedo optar por hacer lo contrario. Puedo levantarme, vestirme y prepararme el desayuno. Puedo aspirar a darme una ducha otro día. ¿Por qué hacer esto?
Eso muestra que no tengo que sucumbir a los caprichos de lo que me dice mi desagradable diálogo interno. Tomar medidas nos remite al "no tiene sentido levantarse". Me ayuda a ver que tengo el poder de dirigir mi día. Esto no significa tragarse las emociones. En cambio, significa actuar mientras siento mis emociones para mantener mis rutinas importantes. Ese es el poder de la acción opuesta
Mantener una rutina no significa luchar por la perfección. La autocompasión y los microobjetivos pueden hacer que el proceso sea más indulgente y agradable. Adopte el lema: "Perfectamente imperfecto es perfecto" y comience poco a poco.
En lugar de castigarse cuando presiono el botón de repetición tres veces, soy amable conmigo mismo y me propongo una micrometa: despertarme a las 7:30 am. Luego, paso a paso voy avanzando hacia las 7 am. El progreso es progreso, por pequeño que sea.
Foto principal: Pe
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