La visita comienza al lado del Museo Centro Gaiás y bordeará todo el contorno hasta terminar en las archiconocidas Torres Hejduk, que se pueden admirar desde varios puntos de la ciudad. Este recorrido se puede hacer por libre. El Jardín Literario, una zona verde con un estanque incorporado, se hace visible desde las alturas a través de una barandilla de color rojo. Este es el lugar elegido para iniciar esta caminata que lleva por nombre `Andainas con arte´. Dejando atrás este espacio en el que algún día se proyectó en plano otro edificio y que al final no llegó a construirse, pero sin que tengamos que alejarnos mucho, nos encontraremos con una pirámide plateada con un mensaje inscrito en el que se puede leer ´Deposita aquí tus miedos´. Esta descansa sobre el terreno y muestra unos curiosos reflejos del paisaje que la rodea y de la luz que incide sobre sus caras. La autora de esta pieza es Alicia Framis. Muy próxima a ella, un conjunto escultural blanco compuesto por varios monolitos blanquecinos muestran en su parte superior unas muescas amarronadas como si fuesen esculpidas con un cincel. ´Pegadas dun percorrido´, que es así como se llama esta obra, pertenece a Alexandra R. Rey y Thomas Apostolou.

A continuación, dejando atrás esta instalación, podremos observar el proyecto ´División simple de una roca de granito´, del escultor y arquitecto Alberto Odériz, en el que un conjunto de bloques de granito con formas diversas parecen enmarcar el paisaje, desde los que se puede casi abrazar la ciudad en su conjunto, puesto que coge altura y no hay obstáculos que impidan ver con total claridad donde comienza y donde termina el casco histórico y la zona nueva.

Dentro de este itinerario se realizan varias alusiones al Camino de Santiago que te tocará ver de cerca durante la visita, como es el caso de los `Zapatos en el camino´ de Francisco Leiro, que se asientan sobre el suelo y parecen imitar los pies de un gigante, conectándose mediante una línea imaginaria con la catedral que sobresale entre la multitud de edificios. Una vez que te adentres en el Bosque de Galicia podrás reconocer el refugio de la meiga Palmira. Se trata de una modesta cabaña de madera de forma triangular que parece dialogar con los árboles que la rodean. Si te asomas a sus ventanas verás de cerca su taller artístico de piezas bordadas a mano que esconden algún que otro mensaje. Su autora es lartista Rebeca Lar y lleva por nombre ´O caso de Palmira´.

´O caso de Palmira´. Obra de la artista Rebeca Lar.

Desde aquí coge impulso porque te tocará subir una pequeña pendiente, pero sin duda merecerá la pena por lo que está por llegar. La recreación de tres figuras humanas fabricadas en resina y hierro están juntas y a su vez separadas entre sí porque cada una está a lo suyo, inmersas en la pantalla del móvil que tienen delante y haciendo caso omiso a lo que tienen delante: La Catedral de Santiago y alrededores. Diego Vidal realiza a través de ´Facendo zapping´ una crítica acerca de la sociedad actual y de como la tecnología es capaz de absorber a las personas hasta tal punto de que no valoran lo que está a su alrededor y sólo están pendientes de lo que pasa a través de sus dispositivos tecnológicos. Para ello toma como referencia las reflexiones del filósofo surcoreano Byung-Chul, quien considera que "todo apremia simultáneamente en el presente. Eso tiene como consecuencia una aglomeración de imágenes, acontecimientos e informaciones que hacen imposible cualquier demora contemplativa. Así es como vamos haciendo zapping por el mundo". Algunas de las muestras expuestas, como es el caso de la anterior, forman parte de la IV edición de la iniciativa `Reb/veladas na paisaxe´ que se encargan de sacar el arte al exterior traspasando los límites interiores del Museo Centro Gaiás.

´Facendo zapping´. Obra del artista Diego Vidal.

La penúltima parada de este viaje será un laberinto situado en una pequeña colina. Se compone de diversos bloques de hormigón armado que han sido aprovechados de otra construcción y se han colocado de tal forma que dan lugar a un pasatiempo. Antes de finalizar la caminata observa unos instantes las Torres Hejduk. Se tratan de dos torres cuyo lugar de destino no iba a ser el que es, sino que en un principio iban a colocarse en otro emplazamiento: en el parque de Belvís, otra de las zonas verdes que existen en la ciudad. El arquitecto Peter Eisenman, quien diseñó la Ciudad de la Cultura después de haber ganado un concurso internacional, quiso rendir homenaje al arquitecto John Hejduk después de que este hubiese fallecido y decidió instalar estas dos construcciones a los pies de la Ciudad da Cultura. Una de ellas (la acristalada) sirve como espacio expositivo, mientras que la contraria es utilizada para la ventilación y salida de gases de las calderas. Estas se iluminan y mudan su color por las noches de forma simbólica en función de la efeméride del momento (Día Internacional de la Mujer, Día del Orgullo, Día de Galicia, etc.).

FOTO PRINCIPAL.: Jardín Literario en la Cidade da Cultura, Santiago. Al fondo las Torres Hejduk.